María Fica, madre del joven delincuente, reconoce que su hijo nunca ha trabajado, que ha dedicado su corta vida a delinquir y que probablemente "va a morir así". Su abogado, en tanto, dice que el joven ha tenido que asumir responsabilidades que no le corresponden. Agosto de 2011 fue un momento clave en la vida de Miguel Ángel Moraga Fica (18), alias "Miguelito", el joven de la comuna de Conchalí conocido por participar de una serie de ilícitos desde que tenía sólo 11 años (revise su nutrido prontuario).
Durante ese mes se fue a Europa, específicamente a Francia, donde permaneció por unos 40 días cometiendo diversos delitos. El joven dejó registro de ese momento en su página de Facebook, donde se pueden ver algunas de las fotografías que tomó mientras paseaba por las principales atracciones turísticas.
Su madre, María Fica, lo ratifica y dice que aunque solía recorrer solo viarios países del Viejo Continente, sus preferidos eran Francia e Italia, donde permanecía largas temporadas.
El periplo es parte de lo que "Miguelito" hizo durante los cuatro años transcurridos desde que se hizo conocido en el año 2008, hasta el fin de semana pasado, cuando fue atacado a tiros mientras salía desde el mall Plaza Norte de Huechuraba, junto a su pareja.
El "padre de familia"
Su madre asegura que durante ese período, el muchacho también terminó primero y segundo medio en un instituto y que se había inscrito para seguir estudiando este año, pero que su detención por el asesinato de un joven en febrero pasado, no le permitirá continuar.
La mujer considera que el hecho de que Miguel Ángel se hiciera conocido a través de la prensa, le trajo muchos problemas a su familia. "A mi hijo lo discriminaron tanto, que después en ningún colegio me lo recibieron y él siempre quiso estudiar. Nos tuvimos que ir de la casa que arrendábamos. Tengo dos hijos estudiando, con muy buenas notas, pero con problemas sicológicos porque los han marginado por ser hermanos de "Miguelito". A ellos se les han cerrado muchas puertas por eso", lamenta.
María Fica reconoce que en estos cuatro años su hijo nunca trabajó, sino que realizó diversos delitos para llevarle dinero a ella y a sus hermanos, porque decidió transformarse en el padre de la familia, luego que su progenitor comenzara a cumplir una larga condena en el penal Colina II.
De hecho, su ficha policial da cuenta de detenciones en las comunas de Santiago, Conchalí, Huechuraba, Quilicura, La Reina, Estación Central y Recoleta, en ese mismo período.
Fuentes vinculadas a los casos en que estuvo implicado "Miguelito" señalan que de esas detenciones, sólo en tres ocasiones cumplió internación provisoria en un centro del Servicio Nacional de Menores (Sename).
El resto de las veces era entregado a su madre o enviado a programas de libertad asistida bajo el control del ente protector, trabajos comunitarios u otras penas. Después de cada una de ellas, siguió ligado al mundo delictual.
Su abogado, José Reyes Paredes, ratifica que durante los últimos años el joven "tuvo entradas y salidas de los centros del Sename. Pero su rehabilitación ha sido lenta, porque ha asumido responsabilidades que sobrepasaron su carácter de menor y que naturalmente pesan sobre la espalda de cualquier persona".
"El mejor hijo"
Pese a todo, su madre dice estar "orgullosa de él", pues a diferencia de otros jóvenes que roban para consumir drogas, asegura que su hijo lo hace "para ayudar a la familia". "Yo tengo ocho hijos, pero él es el mejor hijo que tengo. Es la persona más humana que hay. Nos protege", añade.
Su abogado, en tanto, destaca que la ausencia de su padre influyó en su desarrollo y en su personalidad. "Ha tenido una escolaridad forzada y ha tenido que ayudar en la economía de la familia. Pero él no es una persona de malos sentimientos, quizá puede criticarse su conducta desviada al ilícito, pero hay que ver qué fue lo que gatillo eso", sostiene el profesional.
Mamá de "choro"
María Fica sostiene enfática que "Miguelito" no trabaja porque delinquir "es su vida, que nació a sí y va a morir así. Yo como mamá tengo que puro apoyarlo. He hablado con él, luché contra la corriente. Pero cuando tenía 8 años, se me fue de las manos".
Agrega que en el camino que eligió tiene el apoyo de toda su familia, pero también dice estar consciente de que en cualquier momento puede ser atacado o incluso asesinado. De hecho, el jueves trascendió que sus enemigos le habían puesto precio a su cabeza.
"Me da susto que lo vayan a balear un día, pero uno como mamá de choro está preparada para todo y como tiene la escuela del papá y del hermano mayor que están detenidos, uno aprende a vivir con este miedo. Nadie está preparado para la muerte de un hijo. Y si eso ocurre, yo lo sigo, porque los dos somos uno", asegura.