“Quería salir con mi mamá caminando y cumplí”

General
11/05/2012 a las 15:00
En medio de sentidas muestras de cariño, ayer abandonó la Clínica Magallanes el estudiante Felipe Álvarez Gutiérrez, casi dos meses después de caer a las torrentosas y desbordadas aguas del Río Las Minas, cuando Punta Arenas sufrió el aluvión del 11 y 12 de marzo. “Yo quería salir con mi mamá caminando y lo cumplí”, dijo Felipe al abandonar el centro de salud y entregar su primera declaración pública.
La primera etapa del complejo tratamiento médico la pasó en el Hospital Clínico de Magallanes, recinto que abandonó el 11 de abril. Ahí, en la UCI, el estudiante permaneció un mes tras ingresar grave y con un diagnóstico ominoso, producto del agua sucia que ingirió al caer accidentalmente cuando era rescatado por bomberos de la Sexta Compañía, “Bomba España”, los mismos que ayer lo fueron a buscar a la Clínica Magallanes, cumpliendo el deseo de Felipe Álvarez, quien tendría todas las intenciones de ingresar a las filas bomberiles.
“Yo les dije que mi hijo saldría caminando a la casa y cumplimos”, dijo una emocionada y agradecida Ivanna Gutiérrez, madre de Felipe Álvarez, con quien se estrechó en un fuerte y emotivo abrazo en las puertas de la Clínica Magallanes, hasta donde fue llevado en silla de ruedas por una enfermera. Luego se paró y caminó firme, sin dificultades, hasta el carro bomba de la Sexta Compañía que lo llevó a su domicilio particular.
Emocionado
En un momento Felipe se emocionó, al recordar el episodio que lo mantuvo dos meses internado. “Doy gracias a todos los que se preocuparon por mí, tanto del hospital como la clínica. Si no fuera por ellos no estaría como ustedes me ven en estos momentos”.
Reconoce que los va a extrañar muchísimo, “porque cuando estuve mal, física y sicológicamente, me levantaron el ánimo”, pero también le alegra la idea de poder retornar a casa.
“Gracias por venir y a través de ustedes dar a conocer lo que se hizo por mí, que sobreviví a este aluvión, y que pude salir debajo del agua después de cinco minutos, gracias a los bomberos que me rescataron y al caballero de la grúa, don Ángel, que me pudo sacar con la máquina”, indicó Felipe Álvarez. Sobre lo que viene para él, respondió sin perder el humor: “Aprender a nadar y tomarme un descanso para seguir adelante”.
Mauricio Álvarez, padre de Felipe, volvió a agradecer a la comunidad, partiendo por los equipos médicos y a tanta gente que formó parte de cadenas de oración a favor de su hijo.

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