
Las inversiones acumuladas alcanzan un valor de 15.000 millones de dólares en las últimas dos décadas,
España es el segundo inversionista histórico en nuestro país, sólo superado por Estados Unidos. En 2011, a pesar de la crisis, se situó en tercer lugar, con 795 millones de dólares, según cifras del Comité de Inversiones Extranjeras de Chile (CIE).
La crisis en España, sumida en su segunda recesión en tres años, ha llevado a las empresas hispanas a buscar una vía de escape en Latinoamérica, hasta el momento inmune a la convulsa coyuntura europea.
Esta segunda oleada es protagonizada por pymes, en especial las dedicadas a las energías renovables, y al tratamiento y desalinización del agua para dar servicio a las mineras, enclavadas en el desierto de Atacama y motor de crecimiento del país.
De hecho, explicó el consejero económico y comercial de la embajada Española en Chile, José Antonio García, el Gobierno de Mariano Rajoy quiere hacer de la internacionalización de las empresas “una política fundamental y prioritaria de su acción en el exterior”.
Como parte de su labor, García traslada a los ejecutivos la conveniencia de fomentar la responsabilidad social empresarial y de cuidar su imagen para contrarrestar la mala percepción que las multinacionales españolas tienen en Chile y que, admite, le “preocupa”.
Esa política se ha topado, además, con las recientes expropiaciones de YPF en Argentina y de Red Eléctrica Española en Bolivia, que han causado incertidumbre y podrían desencadenar una reestructuración de las inversiones en la región.
Rubén Díaz, gerente de Administración y Finanzas de Sacyr Chile, considera que lo que sucede con las naciones vecinas “no es extrapolable” a nuestro país.