Efectivos de la brigada de explosivos de la Policía Federal desactivaron ayer una bomba en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, donde está previsto que hoy miércoles dé una conferencia el ex Presidente colombiano Álvaro Uribe. El juez federal Norberto Oyarbide, a cargo de la investigación, calificó como “muy grave” el intento de atentado.
“Es un aparto simple, pero suficiente para producir la muerte en las personas que estaban próximas”, precisó Oyarbide tras realizar esta tarde una inspección ocular en el teatro de Corrientes al 800.
El artefacto fue encontrado en el segundo piso de la sala por un empleado de seguridad. “Estaba diseñado para explotar mañana alrededor de las 16.30 en el momento en el que la mayor cantidad de gente se iba a concentrar en el segundo piso”, indicó el magistrado. El artefacto fue encontrado en el techo de ese nivel, donde Uribe tenía planeado participar de un cóctel, al que asistirían “altísimas personalidades del mundo”.
Oyarbide insistió en que se trató de un “hecho muy grave”, que podría haber tenido “consecuencias absolutamente impredecibles”.
La Policía precisó que el aparato que fue desactivado ayer se trataba de “una caja de cartón con un teléfono celular adentro conectado a una batería adosada a un interruptor que permite activar un artefacto, con dos recipientes con pólvora”.
Tras el hallazgo, el teatro fue desalojado y la policía cortó el tránsito en la avenida Corrientes al 800.
El ex Presidente colombiano Alvaro Uribe tenía previsto dar una charla sobre la transformación de Colombia en el marco de un simposio organizado por WOM-Latam.
Esta tarde, en la web del simposio, los organizadores aseguraron que el evento se realizará tal como estaba previsto.
Uribe, dos veces Presidente de Colombia, tiene planeado compartir sus experiencias acerca de “cómo logró transformar a su país en una fuerza política, económica y social en la escena mundial cuando los riesgos para la supervivencia del país no podrían haber sido mayores”, explica el sitio del simposio.
“Cuando asumió el cargo en 2002, recibió una Colombia a punto de convertirse en un Estado fallido, asediado por el flagelo de la droga, la inestabilidad y décadas de violencia. Su liderazgo audaz frente a la adversidad ayudó a desplazar a los insurgentes en una movida que ha recuperado el poder y la estabilidad de los ciudadanos de Colombia”, agrega.