Decenas de destrozos, y carabineros y civiles lesionados marcaron la realización del homenaje al fallecido general (r) Augusto Pinochet Ugarte en el Teatro Caupolicán, en cuyo exterior se desataron desde temprano violentos disturbios por detractores al acto. Los hechos de violencia se produjeron principalmente en torno a los tres anillos de seguridad dispuestos por Carabineros. Se trata de las esquinas de San Diego con calle 10 de Julio y Avenida Matta, así como el sector del Parque Almagro.
En dichos puntos, encapuchados levantaron barricadas y lanzaron piedras en contra de personal de Fuerzas Especiales (FF.EE.), que intentó disipar a los manifestantes mediante el uso del carro lanzaaguas. Todo derivó en vidrios rotos y semáforos en el suelo.
Mientras, en el interior, unas 1.200 personas participaron del visionado y estreno del documental que resalta la figura del dictador, que fue precedido por varios discursos, entre ellos, el del nieto del fallecido general (r), Augusto Pinochet Molina.
Entre los invitados al acto estuvieron el español Miguel Méndez, nieto del político ultraderechista español Blas Piñar, un abogado de la misma nacionalidad llamado Jaime Alonso y Joseph Torres, un cubano exiliado de Miami.
Una vez terminado, Carabineros debió realizar reuniones de coordinación extraordinarias para definir la forma y el lugar por dónde serían evacuados los asistentes al encuentro y evitar enfrentamientos con los críticos del evento.
En Chile dos organizaciones de exiliados cubanos repudiaron el acto y manifestaron su compromiso con la democracia y los derechos humanos.
Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), responsabilizó al Gobierno por la represión policial de los detractores del dictador y definió el homenaje como “un acto de genocidas”.
Aunque no puso objeciones a su realización, el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera se distanció del acto, incluso el ministro secretario General de Gobierno (portavoz), Andrés Chadwick, se declaró “arrepentido” de haber apoyado a la dictadura, por las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen.
“Hay una situación (de la) que sí me arrepiento, que es la violación brutal a los derechos humanos que se efectuó en el gobierno militar”, afirmó Chadwick en una entrevista con el canal público de televisión (TVN).
En tanto el alcalde de la comuna de Santiago, Pablo Zalaquett, calificó como “un error” haber autorizado el homenaje a Augusto Pinochet en el Teatro Caupolicán. “Yo lo dije antes (...) que hubiera preferido que no se haga, porque todos sabíamos lo que iba a pasar. Yo creo que Chile necesita mirar hacia delante”, enfatizó el edil.
Según Zalaquett, en más de diez puntos de la comuna se produjeron enfrentamientos entre los detractores de Pinochet y Carabineros, dejando “cientos de daños a la propiedad pública y privada”.