Los conservadores de Nueva Democracia ganaron ayer las elecciones griegas con el 29,66% de los votos (con más del 99% escrutado) seguidos muy de cerca por la otra gran favorita, la coalición izquierdista Syriza, que obtuvo el 26,89%, según los resultados oficiales. Los socialistas de Pasok se han vuelto a convertir en la tercera fuerza más votada, con algo más del 12% de los apoyos, convirtiéndose así en una pieza clave para formar un gobierno de coalición con ND, su socio natural.
Atrás se quedó el nacionalista Griegos Independientes, que lograron un 7,51% de los votos, y el partido neonazi Amanecer Dorado, que volvió a conseguir un 6,9%, a pesar de los violentos incidentes que protagonizaron durante toda la campaña electoral. Izquierda Democrática ha recibido entre el 6,25% de los votos, y los comunistas un máximo del 4,52%.
A pesar de que este resultado arroja un Parlamento muy fragmentado -como ya ocurrió en los comicios del pasado 6 de mayo-, sí permitirá a ND y Pasok formar un Gobierno con mayoría absoluta gracias a la ley electoral griega, que otorga una prima de 50 escaños al partido más votado.
Colisión proeuro
Así, los conservadores de Antonis Samarás y los socialistas de Evangelo Venizelos -responsables de firmar con la UE un severo paquete de austeridad a cambio del rescate financiero- obtendrían juntos 162 escaños, muy por encima de la mayoría absoluta (151), a pesar de que la diferencia de votos entre ND y Syriza es de apenas un 2,8% y menos de 170.000 votos.
“El pueblo griego ha votado hoy por la permanencia del país en la eurozona y a favor del euro y de las fuerzas políticas que traerán desarrollo y empleo”, ha declarado Samarás ante sus simpatizantes, en su primera comparecencia pública tras conocerse los resultados. “Trabajaré con todo el mundo para lograr nuestros objetivos nacionales, salir de la crisis con empleo y seguridad”, ha añadido.
El dirigente conservador prometió renegociar el Memorando suscrito con la troika -Comisión, BCE y FMI- para relajar el programa de ajuste, tal y como han demandado los griegos, pero Samarás no ha hecho ninguna mención a este compromiso electoral durante todo el discurso.
Y esto, habrá sorprendido en Atenas, pero sin duda habrá servido para calmar los ánimos en Bruselas y otras capitales europeas. Las elecciones se habían planteado como un plebiscito decisivo sobre la permanencia o no del país mediterráneo en la moneda común y el resultado allana el camino a que Grecia siga en el euro.