“Lo único que me queda por pensar es que lo asesinaron y cometieron el crimen perfecto”

General
04/07/2012 a las 13:38
Señala que siente satisfacción porque según lo manifestado por la jueza se habrían despejado numerosas dudas en torno a la investigación. Las declaraciones de la ministra en visita Marta Pinto, que investiga la desaparición de Ricardo Harex, tan concluyentes sobre que el estudiante no se suicidó, como salió a relucir en más de una ocasión en la investigación; de que no tenía indefiniciones sexuales y menos intenciones de abandonar la región, llevan a la madre del joven, Margoth González, a concluir que a su hijo lo asesinaron y que se cometió el crimen perfecto.
Hoy Ricardo Harex González tendría 28 años, nació el 7 de febrero de 1984. La angustiada madre sostiene que “si hubiese sido una enfermedad, que se me fue porque Dios lo quiso así, todo sería distinto porque habría tenido la conformidad de haber estado con él hasta el último momento. Pero cuando uno no sabe qué pasó es distinto. Incluso cuando leo noticias, de otras partes del mundo, donde han tenido secuestrada a personas 20, 30 años se me viene a la cabeza algo similar y que podría aparecer. Pero es la incertidumbre la que uno más la desgasta”.
- Margoth, ¿qué piensa de las tres principales conclusiones que dio a conocer la ministra en visita?
“Los tres puntos que ella señala, y deja en claro, que Ricardo no se suicidó, no era homosexual y no tenía motivos para salir de la región, es lo que yo siempre pensé pero ahora ella lo ratifica públicamente con la investigación, porque siempre hubo dudas y trascendidos. Lo bueno es que ahora se despejaron todas esas dudas”.
- Aclarados esos tres puntos, ¿qué piensa entonces que le pudo haber ocurrido a su hijo?
“Lo único que me queda por pensar es que lo asesinaron y cometieron el crimen perfecto. Ahora lo corroboro con el avance de la investigación, porque llevamos diez años y medio y aún no hay ninguna persona que confiese donde están los restos de Ricardo. Criminalmente se hizo un buen trabajo, pero aún así no pierdo la esperanza de que la señora ministra (Marta Pinto) encuentre a Ricardo. Tengo mucha fe en ella, además porque ha trabajado muy bien, sin dejar nada pendiente. Ha sido muy meticulosa y no pierdo la esperanza de que lo va a encontrar”.
- ¿Usted coincide en que si este caso se hubiese investigado como se está haciendo ahora, diez años después, se hubiese aclarado el paradero de su hijo?
“Claro que sí. No tengo dudas porque la investigación partió mal desde un principio y eso fue lamentable. Se perdió mucho tiempo en cosas intrascendentes. Se dudó de nosotros y por eso al principio seguían a mi marido en vez de buscar a Ricardo. Lamentablemente la ministra llegó tarde, pero igual abrigamos esperanzas”.
- Cuando salen a la luz nuevas informaciones, sobre este enigmático caso policial, ¿qué siente y qué ocurre dentro usted?
“Es volver a revivir todo de nuevo, pero con una pequeña esperanza, como que se abre nuevamente una luz. Lo penoso es cuando hay una información con la que me ilusiono, me aferro a ella y cuando no pasa nada el bajón es muy fuerte”.
- En el caso suyo, como madre, ¿ha sido muy difícil llenar el vacío que le dejó la desaparición de Ricardo?
“Sí. El dolor está siempre presente y además porque siento que me quedé como estancada el 2001, que dejé de vivir, de tener interés por algo. A veces estoy como vacía. No siento las emociones de antes y sólo pienso en Ricardo. Rezo por él y ruego todos los días que aparezca. Es un proceso que cansa y agota, pero uno aprende a vivir con el dolor y la esperanza de encontrarlo. Son tantos años perdidos. Todas las ilusiones y sueños que teníamos con él. Los logros y tal vez ya hubiese sido un profesional. Todo eso nos quitaron a nosotros, realmente es muy triste y no se lo doy a nadie”.
- ¿Cuesta entender o desentrañar quién quiso hacerle daño a un estudiante salesiano, como Ricardo?
“Cómo tanta maldad, es lo que me pregunto. Yo no me imagino que una persona pueda actuar así, porque si no quiere decir que es un mal nacido. No se le puede hacer eso a un joven ni a nadie”.
- ¿Ha perdido alguna vez las ganas de vivir?
“Si, hay veces que me dan ganas de acostarme y no levantarme nunca más, pero Ricardo me da el ánimo y la fuerza, porque le prometí que antes de morirme lo iba a encontrar para dejarlo donde debe estar y esa es la fuerza para levantarme, ponerme de pie y seguir. No lo puedo defraudar”.

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