
El principal establecimiento de educación superior de la Patagonia ha sufrido una considerable disminución en matrículas de alumnos de primer año: en 2010 hubo 894 ingresos contra 599 este año, registrando una baja de un 33% de nuevos estudiantes.
Además, arrastra una deuda que aumentó en cerca de 50%, situación que pone en peligro la sustentabilidad financiera de la institución, según se reconoce en la Evaluación Económica Financiera de 2012.