Aunque es natural que las empresas se compren unas a otras, se fusionen o tengan operaciones conjuntas, en la industria pesquera en los últimos dos años se han profundizado las alianzas. Es que al terremoto de febrero de 2010 se sumó un ajustado escenario económico, la escasez de recursos, la reducción de cuotas en algunas pesquerías y la incertidumbre con la discusión de la Ley de Pesca que hoy está en el Congreso.
En la actualidad, cuatro empresas tienen más del 80% de las cuotas industriales de jurel y representan a siete familias o grupos de larga tradición en el rubro pesquero: Angelini, Sarquis, Lecaros, Izquierdo, Fernández-Cifuentes, Stengel y el grupo Yaconi Santa Cruz.
Sin embargo, el sector en el que los industriales participan ha ido perdiendo fuerza. Mientras que el año 2000 el 78% de los desembarques les pertenecían, hoy son el 52%. Y si se materializa la nueva ley, bajaría al 45% y el resto quedaría para los artesanales.
Con esto en mente, hoy las grandes pesqueras, están a la espera de ver qué pasa en la discusión parlamentaria para terminar con la incertidumbre y reanudar las inversiones.
Los movimientos de mayor envergadura comenzaron en julio de 2010. Ese mes, el grupo Angelini y la familia Lecaros Menéndez anunciaron que fusionarían parte de sus negocios para hacer frente al “complejo escenario” del que estaban siendo testigos.
El acuerdo definió que Pesquera Coloso -de los Lecaros Menéndez- y Pesquera Iquique Guanaye -de Angelini- unirían sus filiales Pesquera San José y South Pacific Korp (SPK). En ese minuto dijeron que la fusión era “la mejor alternativa” para seguir desarrollando el negocio con el “exigente escenario actual y futuro de la industria”.
En Orizon, la nueva sociedad que se selló en noviembre de 2010, el grupo que comanda Roberto Angelini se quedó con el control del 60% de la compañía. Además, la empresa pasó a ser el actor más fuerte de la industria en términos de capturas, con más del 50% del total y más de 20% de la cuota del jurel.
A principios de enero de 2011 hicieron lo suyo Camanchaca -controlada por Jorge Fernández y Francisco Cifuentes- y Pesquera Bío Bío -ligada a la familia Stengel-. Ese día ambas compañías anunciaron la unión de sus negocios de pesca pelágica en la zona centro sur del país. En diciembre pasado nació oficialmente Camanchaca Pesca Sur, una sociedad que tiene cerca del 18% de la cuota anual de jurel y en la que los Stengel se quedaron con el 30% de las acciones. En su primer año de funcionamiento, la fusionada tuvo ganancias por apenas US$83 mil.