
Todas las beneficiarias del proyecto presentan discapacidad de tipo física y los grados van desde 33% a 99%. De las 16 mujeres, el 44% tiene artrosis, 31% artritis reumatoide y el otro 25% se distribuye en ataxia espinocerebelosa, secuela de traumatismo encéfalo craneano, secuela de accidente vascular encefálico y encefalopatía hipóxica.
Previo al diseño de la propuesta se visualizó que las medidas actuales mantienen una visión exclusivamente física y farmacológica, por lo tanto, el proyecto ofrece una mirada integral, agrupando elementos que habitualmente no son considerados, mediante un trabajo holístico, motivante e inclusivo, que está integrado por el ámbito emocional, psicológico y sensorial, promoviendo las capacidades y fortalezas de las beneficiarias.
Para ello, el programa de rehabilitación integral incluye: la evaluación, plan de intervención, educación, taller de hidroterapia, taller de psicocalistenia y taller de salud mental, con el fin de promover el fortalecimiento físico, fomentar la salud mental y emocional, la participación social y empoderamiento en el propio tratamiento.