
Dolor y molestia sintieron los familiares de los difuntos al encontrar profanados los nichos de sus seres queridos en el Cementerio Municipal de Punta Arenas. El hecho afectó a más de diez sepulturas, a las que les rompieron vidrios y le forzaron las cerraduras para robar los adornos y recuerdos. Incluso tumbas de niños fueron víctimas de estos actos vandálicos.