
“Queríamos ayudar a los vecinos afectados de alguna manera y estimamos que estas medidas podían contribuir a ello. Nuestro objetivo fue ayudarles a recuperar su calidad de vida lo más rápido posible”, señaló el gerente regional de Aguas Magallanes, Jorge Sharp.
Asimismo, durante este período la compañía también despejó casi 7.000 metros de tuberías de aguas servidas, las que tenían barro y sedimentos producto del desborde. Para esto, se utilizaron equipos especialmente diseñados para realizar la limpieza al interior de los ductos.
"Cuando ya vimos superada la emergencia generada por el río, nos abocamos además a hacer un mantenimiento de los medidores que resultaron afectados por la inundación. También renovamos una serie de protecciones térmicas, a fin de asegurar que nuestros clientes no sufrieran inconvenientes con las bajas temperaturas”, agregó el gerente regional de Aguas Magallanes.