Una de las tareas importantes para los competidores del Gran Premio de La Hermandad es la confección de la hoja de ruta, y uno de los sectores que deja gran parte de las deserciones es el argentino que se reconoció el fin de semana recién pasado. Los caminos de la competencia que se utilizan en parte de argentina no son públicos, por lo tanto sólo se pueden marcar cuando los dueños de los predios lo estiman pertinente, este año se autorizó a las organizaciones a cumplir con el marcaje de los mismos en dos fines de semana por lo que este sábado y domingo se podrá repetir la actividad, que muchos optaron por hacerlo en las dos ocasiones, mientras que los más conservadores lo harán en esta segunda ocasión aludiendo que se está más cerca de la carrera y la hoja quedará más “fresca” como así también la memoria de los pilotos.
Transitable y en buen estado
A lo largo de la historia se ha podido establecer que la mayor cantidad de abandonos se da en ese sector, por lo duro y complicado de transitar especialmente a velocidades de carrera, por lo que muchos piensan que es una parte que hay que sortear más que correr. Lo cierto es que la estrategia de los conductores puede marcar una importante diferencia en el ritmo que se imprima en dicho sector, tanto de ida como de regreso ya que son los últimos kilómetros o los primeros según sea el sentido de la etapa que se corra.
Comienzo y fin
Enfrentar la parte argentina tiene diferencia según la etapa. Por ejemplo este año se larga en Porvenir por lo que serán los últimos kilómetros de competencia y bajo esa condición se llega con un suelo más blando sin importar si es barro, hielo o nieve la superficie en los días de carrera. A esto hay que agregar que los autos ya vienen con un importante desgaste.
La largada desde Río Grande en esta versión está reservada para la segunda etapa y al igual que todos los años el sector se enfrenta de manera diferente a la primera etapa. Acá se comienza a transitar desde las ocho de la mañana y generalmente el suelo esta más duro que el día anterior, esto por las heladas y bajas temperaturas que predominan en esta época del año, por lo tanto hay que intensificar la seguridad a la hora de transitar, pensando siempre que los golpes serán más violentos que la anterior pasada por ahí. Otro factor que se suma a la segunda etapa en caso de este año es la posible neblina que es muy intensa en caso de que se presente, o al menos así lo dice la historia, por lo que la labor del navegante es fundamental para sortear la tan temida ruta de las petroleras que trabajan en el sector y que está destinada a casi puros vehículos mayores como camiones y maquinarias.
Laguna de La Arcillosa
Uno de los clásicos de esta carrera y que convoca gran cantidad de espectadores es la Laguna de La Arcillosa donde comienza o termina la mencionada parte de la carrera, está más cerca de la ciudad de Río Grande. Aunque para los corredores más que sortear la laguna es más importante completar una subida importante que como su nombre lo dice es de arcilla, elemento suelo que se adhiere de tal manera en los neumáticos que les deja sin dibujo y cuesta mucho avanzar, y si a esto le sumamos los grandes surcos que se hacen en esa trepada, hacen que sea uno de los obstáculos más importantes de esta carrera.
Cuando se va en dirección a la cuidad argentina esto es una bajada que desemboca en el famoso puente de la laguna, por lo que se transita con extrema precaución.
Revisión en Punta Arenas
Una de las facilidades que ha otorgado la organización a los corredores de Punta Arenas es poder revisar a los autos de las medidas de seguridad en la capital regional, aunque lamentablemente coincide con el segundo reconocimiento del sector argentino.
Este trámite para las 40 máquinas de Punta Arenas se llevará a cabo este sábado en los talleres de la empresa Recasur.