
Malos tratos laborales, despidos injustificados, descuentos por ticket no cobrados y prácticas antisindicales fueron las causas que motivaron ayer a 50 operadores de la empresa Epark, encargada del cobro de estacionamientos en Punta Arenas, a paralizar sus actividades y solicitar la renuncia del gerente de Operaciones, Guillermo Pérez. Las situaciones que habrían desencadenado el conflicto fueron cuatro despidos, un supuesto “rapto” de la jefa de fiscalizadores el sábado, por parte del ejecutivo, y la creación de un sindicato, entre el viernes y el sábado, sin el conocimiento de la empresa.
El gerente general de Epark, Carlos Soto, se mostró sorprendido con la medida de los funcionarios, mientras que Pérez reconoció que este problema se arrastra desde hace meses.