Mientras el mundo de la música viene saliendo de una tragedia, debido al fallecimiento de dos integrantes del grupo tropical Manakata, en las últimas horas le tocó el turno al fútbol regional. Producto de un paro cardiaco dejó de existir el entrenador del Club Deportivo Bellavista, Mauricio Hernández Hear, 48 años, conocido cariñosamente por la familia y su círculo de amigos como “El Gato”. “Murió en lo que más lo apasionaba: jugando fútbol”, dijo Cristian “Machicho” Hernández, uno de sus tres hijos, profesor de Educación Física del Colegio Alemán.
Como era su costumbre, los lunes siempre se juntaba a jugar fútbol con sus compañeros de trabajo, de la empresa Agrosuper. Antes se desempeñó muchísimos años en la embotelladora Coca Cola. Este lunes no fue la excepción. En el gimnasio de la Asociación 18 de Septiembre fue el encuentro pero antes del término le sobrevino un violento infarto, del cual no se pudo recuperar y falleció prácticamente en la cancha. Personal del SAMU concurrió a la emergencia, pero los esfuerzos por reanimarlo lamentablemente resultaron infructuosos. El certificado de defunción confirmó que este gran deportista falleció por un “infarto agudo al miocardio”.
Muestras de cariño
“Hemos recibido mucho apoyo. Incluso fue tremenda la cantidad de gente que llegó el lunes al gimnasio. A las 21 horas fue el accidente y a las 10 estaba lleno de personas saludándonos”, comentó agradecido Cristian, a nombre de su madre Magaly Sáez y hermanos: Daniel, alumno de segundo año de Educación Física en la UMAG y Michael, estudiante de 4º medio del Colegio Juan Bautista Contardi.
“Era un hombre apasionado por lo que hacía: el fútbol. Y desde chico nos inculcó esa pasión. Felizmente puedo decir que he tenido grandes logros, gracias a su apoyo. Lo recordaré siempre como un hombre apasionado, fuerte y que nunca mostró debilidad, sobre todo ante la adversidad”, reseñó “Machicho”.
En cuanto a la salud de su padre, dijo que si bien nunca había presentado problemas, tampoco se había realizado chequeos médicos, “y de repente le sobrevino el infarto. Murió rápido y dentro de todo lo bueno fue que no sufrió”.
El Bellavista era el club de su vida y como su segunda familia. “Los tres hijos jugamos ahí, porque él nos inculcó esa pasión, y ahora era entrenador y dirigente. Estábamos por sacar el club adelante, pero se nos fue el viejo”, indicó el hijo.
Funeral
El funeral de Hernández será esta tarde, a las 13.00 horas, partiendo con un oficio religioso en la iglesia donde se velan los restos, en calle Santa Juana Nº 079; y de ahí al Cementerio Parque Punta Arenas, donde llegaría a las 14.30 horas. “Mi papá era cercano a esta Iglesia, la que tomaba como su casa de paz”, señaló Cristian.
En las redes sociales se multiplicaron ayer los saludos para la familia, entregando el pésame por tan repentina y dolorosa pérdida.