"Dios se lo llevó porque estaba sufriendo"

General
19/09/2012 a las 12:00
Con la paz espiritual propia de una persona ligada a una iglesia, Romelio Naín Naín, padre del fallecido tercer integrante del Grupo Manakata, Pablo Naín, dijo que pese al dolor que conlleva la partida de un ser querido, por otra parte “estoy conforme que Dios se lo llevara porque estaba sufriendo mucho”. Los restos del músico fueron velados ayer, hasta las 21.00 horas, en su domicilio del Pasaje Isla Riesco 0195, esquina Capitán Guillermos. Posteriormente fueron trasladados a la Iglesia del Señor Apostólico, ubicada en Isla de Pascua 878, Población El Pingüino, de donde mañana partirá el funeral, a las 14.30 horas, rumbo al cementerio municipal.
El accidente que cobró la vida de los músicos ocurrió el 1 de septiembre, a las seis de la mañana, cuando regresaban a Punta Arenas después de participar en Puerto Natales como invitados al show “los que pasaron agosto”, en una van Ford. A la altura del kilómetro 193 de la Ruta Interprovincial, sector Cordón Arauco, volcaron y perdieron la vida en el mismo lugar Luis Alejandro Naín Alvarado, de 32 años; y Arnoldo Ojeda Álvarez, 42 años. En extrema gravedad quedó Pablo Rodrigo Naín Naín, de 31, que sufrió una contusión pulmonar, de la cual no se pudo recuperar, falleciendo el lunes en la noche, en la UCI del Hospital Clínico de Magallanes. Otro de los músicos que permanece hospitalizado, pero que presenta una mejor recuperación, es el vocalista del grupo, Cristian Eduardo Naín Naín, 31 años.
“Un hijo ejemplar”
Como “un hijo ejemplar”, recordó a Pablo Naín Naín su padre, quien lo crió desde que tenía seis meses de edad. “Era lo mejor que tenía como hijo. Siempre muy trabajador y nunca me faltó el respeto. Para mí fue un siete, porque nunca me dio un mal ejemplo”. Estaba casado y tenía dos hijas, de nueve y 14 años.
Consciente del estado crítico de salud que presentaba, dijo tener la tranquilidad de que fue mejor que partiera “porque estaba sufriendo mucho. Cuando lo veía en el hospital me conmovía mucho. Creo que lo que hizo Dios, de llevárselo, fue lo más justo, ya que los médicos agotaron todos los medios para recuperarlo, pero no pudieron hacer nada más”. Como desde joven es muy creyente, deja todo en manos de Dios, “porque sabemos que Él hizo su voluntad”.
Otra conformidad que tiene es que su hijo murió haciendo lo que él más quería: la música, su pasión de vida. “Venimos de una familia de músicos, donde mi hermano menor le enseñó a los tres sobrinos, a los dos que fallecieron, y al que está enfermo en el hospital”, recordó Naín.

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