Residencia de la aristocracia, pero sobre todo santuario y centro de observación astronómica, la fortificación lítica fue construida en medio de la selva, respetando la armonía de la montaña. Estuvo oculta a la mirada de los conquistadores y el año 1911 el norteamericano Hiram Bingham la descubrió de casualidad. Hoy es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno y Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, declarada por la Unesco en 1983.