
Llegar a tan drástica decisión tiene varias razones, detalla “Eso tiene que ver con estados depresivos, y en el fondo la más importante de esos, la soledad. Las personas se quedan muy solas y no vislumbran un bienestar. Saben que se puede morir pronto. Eso sumado a la soledad, y a veces con molestias físicas, con enfermedades crónicas. Entonces el pensamiento de morir aparece de alguna manera como un alivio. ”.
Existen señales que podemos identificar, asociadas a estos cuadros depresivos. Vukusic especifica que “el retraimiento, el aislamiento, el que las personas dejen de hacer las actividades que hacían. En general las personas disminuyen su actividad, se aíslan más (…) Se emocionan más fácilmente”. Impresiones que se pueden agudizar en invierno con el clima extremo de la región. “El aislamiento es un factor clave. El invierno para personas de la tercera edad en la ciudad es bastante complicado, porque (entre otros factores) no quieren salir hasta que el tiempo esté bonito” indicó el doctor.
Pero la decisión de quitarse la vida, que según estimaciones de la Organización Panamericana de la Salud representan un 12% de las defunciones en Latinoamérica, es en su mayoría evitable. Para Vukusic, el apoyo del entorno familiar es fundamental: “Quizás lo importante sería que nos acordemos que los viejos nos necesitan”. A esto se suma el apoyo de un especialista y de una red social adaptada a las necesidades de los mayores. “Generalmente (se puede tratar) con psicofármacos y con redes sociales. Que la persona de la tercera edad encuentre más apoyo en la comunidad y, en su aislamiento, poder reconocer su menor capacidad física, capacidad intelectual, su menor capacidad de ser autónomo, en todos los aspectos”.
Finalmente, respecto a las oportunidades de esparcimiento que tienen los más adultos en la ciudad, el profesional cuenta que “en la región existen muchas agrupaciones del adulto mayor, y hay actividades que pueden desarrollar. Lo que pasa es que a veces la gente no los conoce, o le falta impulso para asistir”. Recomienda, entonces, informarse en el Servicio Nacional del Adulto Mayor.
Actualmente en Chile existen más de un millón y medio de adultos mayores. Y la sociedad chilena continuará su tendencia a envejecer en las próximas décadas. Esto se debe, entre otras causas, a la disminución de la mortalidad infantil, el descenso de las tasas de natalidad, junto a la reducción de epidemias y enfermedades, lo que ha conllevado también a un aumento de la expectativa de vida, que hoy ronda los 80 años.
Por lo que además de un apoyo del entorno familiar a los mayores, también cabe esperar un mejoramiento de las políticas públicas, así como una infraestructura legal, y social que los cobije.