
Un grupo de jóvenes inició äen la década de los 80 la tarea de rescatar a menores en situación de calle. Entonces cumplieron, hoy el centro tiene un rol preventivo, sin exclusión: “Generamos vínculos y orientamos para formar personas de bien. No hay sesgo de ningún tipo, todos son bienvenidos. Don Bosco tenía la idea de que todos estuvieran juntos y el disminuido viera en el otro un ejemplo a seguir.
Eso tratamos de hacer”, explica Tatiana Neuquén, una de las directoras voluntarias del centro.