De acuerdo con el locatario Rubén Marusic, del célebre café La Chocolata, el fin de la restauración ha aumentado las ventas del local de manera ostensible, explicando que valió la pena a pesar del “dramático” tiempo que permaneció la vía cerrada. Aunque detalla que “de gustos no hay nada escrito” y que a su parecer el paseo debió haber permanecido en su totalidad para viandantes: “Yo prefiero que hubiese sido un paseo peatonal. Me habría gustado sin auto, un poco como es Santiago. Habría que estudiarlo en el futuro. Pero a mí me hubiese gustado un paseo peatonal quizás con unas piletas o algo en el centro. No cambió mucho lo que siempre se ve en una calle”.