
Una alta fuente de Enex -la firma del grupo Luksic mediante la que maneja Shell- cuenta que la idea es “replicar lo que hacen en otros negocios, donde su vocación es ser el primero”.
En todo caso, reconocen al interior de Enex, la tarea es algo que demandará varios años, considerando que la entidad que nacerá de la compra, tendrá en un inicio 24,6% de participación de mercado, según un informe que presentó el académico de la UC, Jorge Tarziján, al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. Copec, en tanto, aparece con 61,1%.
Una parte importante de este plan, cuentan entendidos, son las inversiones que realizará el grupo. “La idea de Quiñenco es empezar a invertir en Shell, una empresa que en los últimos diez años no había invertido nada”, dice un cercano al grupo ligado a Enex.
De hecho, informes emitidos durante el análisis de la operación de compra señalan que Shell ha reducido el número de estaciones de servicio (EDS) desde las 316 que tenía en 2006 hasta 294 en 2011. Un fenómeno, en todo caso, que vive toda la industria de grandes operadores, a diferencia de las estaciones de marcas blancas, que crecieron un 54%, desde 83 a 128 centros.
Dentro de este mismo objetivo, uno de los ejes del plan de inversiones de Enex, dice un cercano, es aumentar su presencia en carreteras. Shell tiene sólo ocho estaciones en la Ruta 5, mientras que Terpel tiene doce. Así, fusionadas quedan atrás de las 27 de Copec; sin embargo, superan a Petrobras con ocho. Al mirar las EDS en carretera que no están en la Ruta 5, Terpel tiene siete, Enex 22, Copec 78 y Petrobras 15, donde también hay nueve de otras marcas. Según el académico, estas estaciones venden principalmente diésel, mayormente a camioneros, contrario a las estaciones de ciudad que comercializan bencina.
La mayoría de ellos compra, además con tarjeta, por lo que es más fácil fidelizar clientes. Dentro de este mismo punto, la compra de Terpel ayudaría a sumar cuota de mercado, porque la ex colombiana está mejor posicionada en este segmento.