En sus palabras trasmitió el cariño que le tenían y lo difícil que era tener que despedirlo en estas circunstancias. “Compartimos junto a Christian grandes y felices momentos en estos seis años. Reconocimos en él a un papá comprometido, siempre presente y dispuesto a trabajar por el curso”.
“Para quienes fuimos más cercanos a él y a su familia nos invade hoy un sentimiento de tristeza y dolor”.
Para Olmos, en momentos como éstos “las palabras de consuelo se hacen pocas, sólo un abrazo sincero y silencioso nos hace cómplices del dolor de una inesperada partida”.
Al final lo despidió en emocionadas palabras: “Amigo Christian, Dios te ha llamado a su lado y con mucha fe y resignación aceptamos tu partida…descansa en paz”.
Al llegar al funeral al cementerio municipal, vino la despedida de sus colegas colectiveros, quienes se apostaron, en una larga fila, en el bandejón central de la Avenida Bulnes.
Al interior del camposanto, la viuda, Sandra y la hija, recibieron el saludo de decenas de personas, entre amistades y familiares, que llegaron a acompañarla en este difícil momento.