Conquistadores del Estrecho de Magallanes

General
27/01/2013 a las 10:23
Héctor Berroeta y Erwin Inostroza superaron las adversidades y se inscribieron entre los tres mejores tiempos chilenos en realizar la travesía más difícil del mundo. La lista de intrépidos nadadores que han intentado cruzar el Estrecho de Magallanes es larga. Pero quienes finalmente han logrado el cruce son considerablemente menos. No es la distancia lo que lo hace tan difícil. Cinco kilómetros para un experimentado nadador, a priori, no es para morir en el intento.
Sin embargo, las aguas que se aprecian desde la costa de Punta Arenas son bastante más mañosas de lo que se podría pensar.
Las bajas temperaturas, la mezcla entre las aguas del Atlántico y el Pacífico e incluso una corriente que amenaza con “succionar” a los nadadores, arrastrándolos hacia el fondo del Estrecho sin que puedan hacer mucho al respecto.
Hace una semana, tres nadadores realizaron ewl cruce. El norteamericano Randy Perkins y los triatletas chilenos, Héctor Berroeta y Erwin Inostroza.
“Un mes y ocho días”
Berroeta cruzó el Estrecho en una hora y 12 minutos, mientras que Inostroza llegó apenas un minuto después. Pero para los deportistas la travesía duró mucho más que eso.
“Nosotros llegamos acá el 13 de diciembre, inspirados por Arturo Rivera, nadador de travesía y también triatleta, tiene capacidades diferentes”, explica Erwin Inostroza, refiriéndose a que a los 19 años su mentor perdió la pierna izquierda, lo cual no le ha impedido intentar hacer este cruce.
“Se acercaba el fin de semana, era un día ideal”, recuerdan. Sin embargo, la Armada les comunicó que las condiciones habían empeorado durante el transcurso de las horas, por lo que la travesía fue abortada.
“Hechó abajo a todo el equipo. Estuvimos dos semanas acá y las condiciones no se daban. El Estrecho de Magallanes y Punta Arenas es un clima súper complicado, entonces no se dieron las cosas y más de la mitad de la comisión que llegó acá se regresó a la octava región”, relatan los nadadores.
“¿Cuánto llevamos acá?”, pregunta Erwin a su compañero de nado, Héctor se toma la cabeza y responde: “Un mes y una semana. Veníamos por 10 días”.
Una luz de esperanza
“Un dominicano esperó dos semanas para hacer el cruce, pero nosotros la embarramos”, bromea Erwin Inostroza. Y es que tras la partida de su equipo, el 13 de enero volvieron a intentarlo, sin lograr meterse al agua.
“La señora María Chaura, concejala de la Municipalidad de San Gregorio, y el alcalde Edgar Cárcamo nos vieron abandonados y súper decaídos”, recuerda.
Con la ayuda de la comunidad de San Gregorio, apareció Transbordadora Broom, que sería clave para que los triatletas de la octava región lograran finalmente entrar al agua.
“Ellos nos dijeron, de acuerdo a una bitácora que tienen, cuales son los días de menores corrientes en enero, o sea teníamos tres días para realizar la travesía porque ya la otra ventana era en un día en febrero y un día más en marzo”, aclara Héctor Berroeta.
“Era ahora o nunca”
Con la lección aprendida, los de la octava región hicieron todos los trámites administrativos que necesitaban para hacer el cruce. Cosa que, admiten, los tomó desprevenidos cuando comenzaron a aparecer las indicaciones y condiciones que debían cumplir antes de lanzarse al agua: paramédicos y botes de asistencia, entre otras cosas.
“Personalmente me costó” reconoce Inostroza, quien hace un año y ocho meses comenzó a trabajar en su técnica de nado junto a Berroeta, que lleva cinco años perfeccionándose.
“Mi compañero me contaba que nos acompañó una tonina por varios metros. Todas esas cosas, esas sensaciones, son buenas, pero hubo un punto en que las cosas se pusieron complicadas”, asume.
Durante la travesía “la corriente me empezó a llevar y me dio una contractura en el hombro, pero seguí con un brazo pegando fuerte y el otro apenas levantándolo, dije yo, ‘pucha capaz que muera aquí en esta cuestión, pero no voy a arrugar’”, asegura Inostroza.
Asimismo, Berroeta asegura que durante uno de los tramos finales, además de sentir contracturas en las piernas, sintió como que si el mar se lo quisiera tragar. “Don Arturo nos había hablado de que a él le había sucedido lo mismo, pero sentirlo fue fuerte”, más tarde le revelaron que esa corriente ha sido la causante de muchas muertes, tal como lo aseguran fuentes de la Municipalidad de Primavera. “Muchos trabajadores de Enap se han perdido en el fondo”.
Con la tarea cumplida, y venciendo las adversidades, tanto Berroeta como Inostroza sorprendieron a quienes conocen su historia. Una llena de esfuerzo y sacrificio, amplificada por la persistencia que tuvieron para no abandonar cuando todas las puertas parecían cerrarse.

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