James Bates, capitán del equipo Huemul Conservation, explicó que “cuando decidimos hacer la carrera queríamos devolverle algo al lugar al que íbamos. Le preguntamos a los organizadores de la carrera cuál sería la mejor causa y ellos nos hicieron saber sobre el huemul, sobre su peligro de extinción, y que necesita protección y estudios para que esta especie aumente, así que decidimos apoyarlo y entregar el máximo de apoyo que podíamos”.
Sobre los recuerdos que se llevan a casa, “lo primero será que la gente es muy amable y los paisajes son increíbles. Es uno de los lugares más hermosos en los que he estado. Me encantaría volver. Creo que con esta experiencia y más entrenamiento podríamos volver y ser exitosos”, opina Bates.
Sobre la vida después del Patagonian Expedition Race, Ryan Purcell aclara que la aventura no termina para el equipo de Huemul Conservation.
“Probablemente vamos a ver los pingüinos y queremos hacer un viaje a Torres del Paine por tres o cuatro días, y posiblemente al sur también, a Tierra del Fuego”, agregó.
La inexperiencia les pasó la cuenta
Purcell explicó que dentro de las razones de su eliminación están las duras condiciones de la ruta.
“Las piedras hicieron que nos cayeramos en un par de ocasiones”, reconoce.
Los equipos al fin descansaron
En la competencia, los ingleses de Adidas Terrex Prunesco eran los primeros en cruzar el punto de control luego de la extenuante caminata por el glaciar Tyndall y por las faldas del Monte Balmaceda.
Sin embargo, la distancia entre ellos y el resto de los equipos está aún por determinarse.
Según la información que aporta la organización del Patagonian Expedition Race, se estima que durante la tarde de ayer los equipos descansaron gran parte del día con la intención de recuperar fuerzas para afrontar el resto de las etapas.
