El mensaje que el Papa Juan Pablo II entregara a las miles de personas que lo fueron a ver al estadio fiscal de Punta Arenas, el 4 de abril de 1987, y transmitido por cadenas de radio y televisión, sigue muy vigente.Para la Iglesia Católica este viaje, al extremo sur, fue la muestra más importante del signo de paz entre Chile y Argentina, países que estuvieron a punto de irse a una guerra. “Deseo ir a Punta Arenas para agradecer la mediación”, fue el deseo del propio Juan Pablo II, lo que materializó en su viaje a Chile, un hecho histórico del cual ayer se cumplieron 22 años. En Magallanes el privilegio de recibir a la máxima autoridad eclesial recayó en el entonces obispo Tomás González Morales.
Fue una celebración al aire libre en el estadio fiscal, hasta donde llegaron no solamente magallánicos sino que gente proveniente de distintos lugares, como ciudades argentinas de Río Gallegos, Río Grande y Ushuaia, entre otras.
