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La empresa especialista Nautilus, asentada en Punta Arenas, fue la encargada de llevar a cabo la operación en la cual participaron hasta cien personas. La historia se remonta al 7 de abril del año 2012, cuando el yate del periodista brasileño Jõao Lara Mesquita, no pudo soportar las extremas condiciones climáticas, en un área donde ya había estado anteriormente, siendo finalmente comprimido por los hielos de la Bahía Fildes, en la Isla Rey Jorge del continente blanco, siniestro que afectó a su propietario, y a tres tripulantes más que estaban a bordo de la embarcación, cuando realizaba labores de documentación en la zona, y que debieron ver desde la costa, cómo el yate cayó a pique, a unos 15 metros de profundidad de la bahía.
Sin embargo, y pese a la resignación con que se tomó la noticia, el buque no podía quedar hundido en la costa, ya que en todo el continente existe un Tratado Antártico, ratificado por los países asentados en la zona, y que guarda relación con mantener las condiciones prístinas de su hábitat, en tierra, y agua, lo que implica no mantener ningún elemento que pueda causar contaminación en el área, y del que particularmente estaba afecto el yate, ya que además de la embarcación misma, peligraba el derrame de 8 mil galones de combustible, que podían causar graves daños en el ecosistema.
Es ahí donde entra en juego Nautilus, empresa...
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