Sernapesca estaría evaluando medidas a seguir. Las medidas se están evaluando desde el pasado domingo, cuando 46 cetáceos de la especie Pseudo Orca, vararon en el sector de Segunda Angostura, a unos 110 kms al norte de Punta Arenas, de los cuales - ayudados por pescadores locales-, al menos 27 de ellas lograron volver a mar abierto, sin embargo 19 no tuvieron mejor suerte y fallecieron en el lugar.
Luego comenzaron los viajes, la toma de muestras por investigadores, y la evaluación de medidas a seguir, sin embargo, y pese a que las primeras palabras del director (s) de Sernapesca, fueron “dejar que la naturaleza siga su curso”, refiriéndose a que continúe el proceso de descomposición en el lugar, los científicos pusieron la voz de alerta, entre ellos, la experta en cetáceos y directora ejecutiva del Cequa, Paola Acuña, quien advirtió no sólo el posible foco de infección, sino además la posibilidad única de poder estudiar de primera fuente a una especie de la que se sabe poco en el mundo.
“Una cosa es lo que uno quiere y otra cosa es la que se puede. Y si a esto le sumas, qué es lo oportuno hacer, como científico, es que los 19 cuerpos se mantengan enterrados, y que la descomposición sea de una forma natural pero enterrados”, manifiesta la experta, quien explica que de esta forma se evita un foco potencial de contaminación. Y es que en promedio, cada animal tiene un peso total de unos mil kilos, los cuales evidentemente, como cualquier cosa en estado de putrefacción, puede acarrear infecciones o enfermedades.
No sería la primera vez, ya que en la localidad de Navidad un ejemplar hembra de cachalote varó en la costa, la cual, tras permanecer siete años sepultada en la arena, por decisión de la comunidad, fue desenterrado hace algunos días, para ir a formar parte de un museo al aire libre, el que se espera que sea la atracción del museo local: “Estos animales se preservan, es una descomposición natural pero enterrados. Y en algunos años, cuando uno los desentierra ya está el esqueleto completo. Y ese es un material valiosísimo de estudio”, declara la especialista.
Acuña también explica la importancia de conocer más sobre la vida de estos cetáceos, ya que la especie fue descrita en 1846 a partir de un resto fósil, y por lo tanto se creía extinta, siendo encontrado, luego de 20 años, un ejemplar vivo varado en una costa, lo que permitió estudiar el cráneo, y comprender que era la misma especie, cambiando su estatus de extinto a uno actual.
“Ha habido varamientos de falsas orcas, pero este es notable, porque al final tenemos estos 19 cuerpos que podríamos estudiar sus esqueletos, sus cráneos. Tienen diferencias craneales que pueden corroborar determinación de sexo, la fórmula dentaria y el propio esqueleto y eso si tú piensas en enseñarle a los niños, la estructura de cetáceos como estos, es harto diferente hacerlo en vivo, en un esqueleto, que hacerlo a través de un libro”, expresa la bióloga marina.
Operatividad
Para llevar a cabo esta sepultura de cetáceos, hay que sortear varios pasos, y aunque existan voluntades, no siempre está la operatividad, detalla la experta, quien señala lo primordial es quitarlos del vaivén del oleaje. ¿Y dónde enterrarlos? Idealmente, sugiere, en la misma estancia de Segunda Angostura, perteneciente a un privado, ya que así podrían estar protegidos, y resguardados, pues no es posible entrar sin el permiso del propietario.
“Pero aún sí se autorizara que se entierren hay que ver cuál es la operatividad que se necesita. Quizás retroexcavadores, quizás ayuda del servicio público, quizás ayuda de Enap, está la refinería cerca y tienen retroexcavadora. Pero todas las voluntades que pueda haber significan que se pueda, nada que complique, nada que signifique riesgo. Y aparte de eso, la autoridad en esto es Sernapesca, quien debe determinar qué es lo posible”, detalla añadiendo “A veces lo posible no es lo mejor”.
La científica especifica que ha habido conversación con Intendencia Regional, quien se mostró presto a colaborar con lo que sea necesario, así también el Gobernador Marítimo, y hasta incluso los mismos pescadores que ayudaron el primer día, que la contactaron para ponerse a la orden: “Me llamaron porque saben que queremos conservar al menos uno o dos ejemplares, en la eventualidad de que no se pudieran todos, y ellos tienen una propuesta de cómo hacerlo también”. Sin embargo, la decisión final está en manos de Sernapesca.
Potenciales de Estudio
Los argumentos para conservarlos, insiste la directora ejecutiva del Cequa, son que “biológicamente es una material de estudio tremendamente valioso. Es prácticamente un patrimonio regional, de interés científico tanto nacional como internacional”, y ya que están aquí, “lo más importante es conservarlo de la mejor forma”, expresa.
Por ejemplo, a partir de detalles genéticos se podría determinar la relación materna que tienen. Las fórmulas dentarias y las proporciones del cráneo, también pueden definir si son machos o hembras: “Hay tantos estudios que se pueden hacer, que al final lo puedes tener como un excelente material museológico”, expresa.
“Un esqueleto te sirve en principio para hacer una diferenciación puntual: que son cetáceos las ballenas y los delfines, pero los que son odontocetos, que tienen dientes, son delfines. Y los misticetos, que tienen barbas, son ballenas”, explica la especialista, quien recalca la importancia de que la comunidad conozca y aprenda sobre la biodiversidad de la región y del país.
Por qué vararon
Estos grandiosos animales, explica Acuña, pueden confundirse o quedar atrapados en las aguas superficiales, cuando se producen los cambios de marea. La teoría describe posibles anomalías en el campo magnético de la Tierra, que puede desorientar el sonar que poseen estos animales y que les sirve de guía. Además, sólo hace falta que el líder se desoriente para llevar a todo el grupo a varar a la costa.
“También se plantea de que el que va de cabeza de grupo, el que va guiando, a veces por jerarquía ya es uno mayor, uno adulto, que puede ser que está ya muy grande o estar enfermo, y cuando van a morir, hay algunos estudios que indican que los más viejos van a varar hacia la costa, entonces, va él hacia la costa pero se está llevando a todo el resto”, explica.
También existe otra posibilidad y guarda relación con lo observado aquel día por uno de los pescadores, y es que habría visto ejemplares de orcas cerca de la costa: “Las orcas y las pseudo orcas, además de alimentarse de peces y de calamares, también se sabe que se alimentan de críos de mamíferos, entonces pudiera ser que la manada de las pseudo orcas tendió a esquivar a la orcas, y a lo mejor los esquivó de tal forma que quedó en aguas someras y quedaron atrapadas ahí y no pudieron salir”, detalla la experta, quien agrega que a falta de más indicios sólo son especulaciones.
Red de Varamiento Regional
La bióloga marina también subraya la importancia de crear una Red de Varamiento Regional, ante la posibilidad de que este fenómeno vuelva a ocurrir: “No sucede todos los días, pero ya vemos que sucede. En el año 1989 también sucedió. Entonces a lo mejor podemos tomarlo como una experiencia, y de la mano del Servicio Regional de Pesca, generar una red de varamiento regional en donde público, privado, la comunidad sepan de un protocolo, de qué hacer para ayudar a las varadas y que están vivas todavía. Y un protocolo para saber qué hacemos con los que están muertos”, puntualizó.