Cada verano el recinto recibe una dotación de la Fuerza Aérea, que lleva a cabo las labores de comunicación, difusión patrimonial, mantenimiento y restauración de las construcciones arquitectónicas. Actualmente, se gestiona un nuevo uso, como lo señala el Tratado Antártico, de forma que, sin perder de vista el interés nacional y nuestra particular relación de contigüidad geográfica con la Antártica, estas y otras instalaciones sean conservadas y gestionadas con ajuste a las particulares necesidades de cada operador.