
Hilda Miranda recordó que “tuve una niña enferma, de 14 años, pero suerte que no pasó a mayores. Hubo que llevarla al hospital con más de 40 grados de fiebre y no se la podían bajar, y el virus se lo agarró por el agua. Yo no sé cómo no ha venido el servicio de salud a cerrarme los pozos”.
Sin embargo, reconoció el trabajo del departamento de Operaciones de la municipalidad. “Llamé a Sergio Becerra y me vino a dejar agua al día siguiente a los estanques y después llamé para otro sector, ya que las vecinas me llamaron a mí. Hicimos el contacto y les vinieron a dejar el agua. Por esa parte se pusieron las pilas”, dijo la dirigente.