Víctima de una serie de enfermedades, luego de haber estado internado en los últimos días en el Hospital Augusto Essmann de Puerto Natales y posteriormente en el Clínico de Punta Arenas, el domingo dejó de existir el vecino Alfonso Andrade, a quien se le conocía más como “Ministro”. Dedicado a actividades de prestación de servicios menores, se le veía frecuentemente “vocear” conjuntamente con la distribución de folletos las bondades de los locales gastronómicos del centro. Su vida fue plena de aventuras y anécdotas, sacando siempre más de una sonrisa. El hecho más recordado de los últimos años fue cuando el ex alcalde Mario Margoni le encargó la vigilancia, en calidad de sereno, de un pesebre con un cordero en pie, es decir, vivo, frente a la plaza. En un descuido, le sustrajeron el lanar.
El ser conocido como “Ministro” no fue propiedad de él, sino que el alias lo heredó de su padre, quien trabajó en el frigorífico Bories y que era tan cuidadoso de su vestimenta que a alguien se le ocurrió comentar que andaba tan bien vestido como un ministro.
Vecinos que le conocieron lo catalogaron como una persona singular, tranquilo y muy apreciado en la comunidad, que se convirtió en uno de esos personajes que le dan un tono simpático a la convivencia de los pueblos.