Expectación había en el tribunal por saber si el juez Jaime Álvarez Astete le permitiría cumplir la sanción en libertad. Pasada las 12.30 horas se despejó la interrogante. En la sala uno se reunieron familiares del acusado y de la víctima, que llegó a escuchar la resolución judicial. El silencio de la audiencia se rompió con los gestos de aprobación de la que gente cuando escuchó decir al magistrado que Ríos deberá cumplir con cárcel efectiva, sin beneficios, los tres años y un día de presidio por el aborto malicioso; más una segunda pena de 100 días por lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar y una tercera, de 61 días, por dos delitos de amenazas en contexto de violencia intrafamiliar.
El fiscal que indagó este delito, Eugenio Campos, se mostró conforme con el fallo y que no le dieran beneficios al condenado. Principalmente por las características del delito, donde la afectación de la mujer fue muy grande.
Aborto
Tanto la acusación del fiscal, como la querella criminal que en su momento presentó el abogado del Sernam, Ramón Ibáñez, dieron cuenta de la crueldad con que actuó Julio Ríos.
A golpes le hizo perder el bebé a la estudiante Rosa Gabriela Oyarzún Barrientos, quien ayer se dio el gusto de gritarle a su agresor: “¡Asesino, púdrete en la cárcel!”. Dijo que verlo le recuerda todo lo que sufrió. Por eso le pidió a las mujeres que sean víctima de violencia intrafamiliar no callar y las instó a que se atrevan a denunciar. Algo que ella no hizo y por eso fue constantemente golpeada.
Julio Ríos permanece desde octubre del año pasado en prisión preventiva.
A mediados de septiembre la víctima fue amenazada de muerte por su pareja. Luego ella descubrió una infidelidad y cuando le pidió explicaciones a Ríos el sujeto la agredió. Primero le enterró un cuchillo en el cuero cabelludo. Luego tomó una plancha eléctrica y aprovechando que estaba con pijama manga corta le quemó un brazo. Cuando el ex conviviente se enteró de que la mujer esperaba un segundo hijo la pateó violentamente en el estómago. La tomó del pelo, la arrastró a un dormitorio, la tiró al suelo con el vientre materno hacia arriba, y comenzó a saltar sobre ella, mientras le gritaba que se quedara callada: “Déjate pegar o va a ser peor”. Hasta que producto de la golpiza Rosa Barrientos perdió el bebé que llevaba en su vientre.