La mujer abandonó el centro asistencial y luego fue derivada a una casa de acogida, que coordinó la Fiscalía de Punta Arenas. Pero antes pasó a buscar algunas pertenencias a su casa, en Cirujano Guzmán N° 77, interior, en el Barrio Prat. Pero en la casa principal vive su suegra, Hilda Gómez, madre de Alex Vidal, quien se encuentra cumpliendo prisión preventiva por “femicidio frustrado”.
Agresión
Hilda Gómez manifiesta que jamás imagino que su ex nuera, Katty Mora, la trataría como lo hizo ayer. Cuenta que la esperaba con almuerzo, “pero jamás imaginé que esto iba a pasar. Al contrario, pensé que se iba a quedar en la casa y al final terminó alterándose conmigo. Me trató muy mal y después de que todo lo que la he ayudado, sobre todo con los niños, de cuatro y siete años”.
La abuela indica que siempre ha estado a cargo de los menores, no solamente ahora. “Incluso pagándoles el jardín y el transporte corría por cuenta mía. Los paseos que le ha dado mi hijo. Hemos viajados dos veces con todo pagado”.
Agrega que la quería como a una hija, y que por lo mismo nunca creyó lo que ella le hacía a su hijo. “Él me lo contaba pero yo no le creía”, en relación a las agresiones que recibía por parte de la mujer.
“Le hice una casa grande al fondo de la mía, donde aporté con los muebles y nunca le faltó la comida a ella y a los niños, pero no imaginé como era ella”.
Hilda Gómez expresó que estaba contenta por el regreso de Katty a la casa, “pero nunca pensé que reaccionaría tan mal. Sin hacerle nada, me tiró las cosas al piso y en ese momento pensé que me iba apegar. Soy hipertensa y ahora estoy con la presión altísima”, señaló a pocos minutos de ocurrido el incidente.
Sobre la relación de la pareja, recordó que muchas veces pelearon delante de ella y de los hijos. “Yo tenía que separarlos, pero ella le pegaba y mi hijo, quien se dejaba agredir porque ella era mujer”.
Después de la reacción que tuvo ayer su ex nuera, Hilda dice entender lo que siempre padeció su hijo, “porque me di cuenta que yo vivía engañada. Incluso el niño más grande se asustó cuando la madre lo pasó a buscar a la casa, donde estaba conmigo. No la quería saludar y lloraba”.
Señala que le preocupa mucho la situación de los niños, porque no sabe qué puede pasar con ellos.