Con una línea de cuatro centrales, más René Lima delante de ellos, los loínos desarmaron el tramado ofensivo de los hispanos, que se saltaron una y otra vez a Hernández, figura en otros partidos. Pizarro, instalado por derecha, era buen desahogo y provocó que Berardo se preocupara más de marcarlo que de subir.
Sierra movió los hilos en el descanso y mandó a la cancha a Cueva. El peruano mostró algo más de conducción, pero excedió en el traslado y tampoco ofreció claridad. Las llegadas locales, las más claras, vinieron cuando Berardo se descolgó y sus centros provocaron sendas opciones de Canales. La primera dio en el travesaño, la segunda la sacó Suárez casi en la línea.
Pero fueron sólo momentos...
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