Duelos
La jornada, que comenzó el sábado con el clasificatorio presagiaba una carrera apretada, ya que el orden de largada incluía seis autos de las divisionales “grandes” y justo detrás se amontonaban ocho N2.
El primero en largar la Prueba Especial (PE) número dos fue Sandro Vojnovic, el más rápido del sábado, e inmediatamente se notó cómo venía la mano. Orlov Dübrock y Francisco Karelovic salieron a recuperar el tiempo perdido y alcanzaron la punta de la Súper 2.000, relegando a Vojnovic al segundo lugar por 2,2’’, sólo para devolvérsela en la PE3. Luis Mladinic, navegado por Francisco Cárdenas, tomó el liderato en la PE4 por 0,69’’ sobre Orlov, que la disminuyó a 0,40’’ en la PE5, pero en la PE6 Dübrock cortó un eje y Luis pudo respirar tranquilo hasta el final que lo vio ganar por más de 45’’ sobre Vojnovic, quien fue navegado por Marcos Sepúlveda, y 2’04,43’’ de ventaja sobre la dupla fueguina conformada por Héctor Almonacid y Roberto Villarroel.
El factor Aguilar
Diego Aguilar fue profeta en su tierra y lo ganó todo, no dejó ni una sola PE para los demás corredores de la serie B, ganó las siete. La dupla conformada por Aguilar y Matías Barría siempre fue puntera y sólo cambió el 2° lugar. Luego de la PE1 el auto escolta del porvenireño era el de los hermanos Julio y Jorge Guineo, luego de esa César Subiabre y Elvis Subiabre tomaron el subliderato hasta el final. Diego aumentó progresivamente la diferencia de 6’’ en la primera especial, a 33’’ en la segunda; 1’10’’ en la tercera hasta llegar con una cómoda ventaja de 2’24’’ a la última PE y de no mediar una penalización de un minuto por saltarse una chicana, su ventaja hubiera superado el 1’34’’ sobre Subiabre.
Drama
La carga emocional no sólo fue puesta por los vuelcos de Alejandro Sánchez y Rodrigo Garay en la PE2, o el abandono de Iván Cárdenas en la misma etapa por la rotura de la suspensión, el abandono de Gustavo Aguilar luego de la PE3, la llegada con el soporte de motor roto del norteamericano Wyatt Knox y su posterior abandono en la grilla de la PE4 y el de Jorge Guic por una rotura en el radiador en la PE6 también aportaron. Pero lo más emotivo estuvo en el duelo entre Eugenio Vilicic, acompañado por Alejandro Lavori, y los representantes de Puerto Natales Claudio Gómez, navegado por Julio Molina, por el liderazgo de la N2.
Tanto Vilicic como Gómez ganaron tres PE cada uno, dejando sólo la última para Carlos Gallardo (algo meritorio si se considera la ventaja deportiva que da Gallardo al correr con un auto de ocho válvulas). Eugenio lideró cuatro tramos y Claudio tres, la mayor diferencia entre ellos fue de 6,7’’, en la PE2, a favor de Vilicic y la menor de sólo 0,68’’ en la PE5 favoreciendo a “Pituto”.
Así llegaron a disputar la carrera en el último tramo, con una diferencia a favor del natalino de 1,6’’ y luego de un accidente en el que se vio involucrado un vehículo de la organización con uno de competición que chocaron de frente en la subida del “Pozo del Amor”, afortunadamente sin consecuencias que lamentar.
Fue en la PE7 cuando el Renault Clío de Natales no soportó el ritmo impuesto por el Mitsubishi de Punta Arenas y llegó fallando a la meta, 31 segundos detrás de Vilicic, lo que terminó con la opción de la carrera para Gómez que rompió en llanto al darse cuenta que el campeonato se le pone cuesta arriba.