Harry Kawanda llegó a Chile el año pasado a realizar voluntariado como profesor de inglés. Y el destino lo trajo a Punta Arenas. Una vez aquí, con la ayuda de DAP Antarctic Airways, pudo materializar su gran anhelo: visitar el continente blanco. “Toda mi vida lujosa se redujo a una mochila. Dejé a mis papás todo lo que me pertenecía, mis ahorros. Viajé de manera independiente con sólo algo de efectivo, suficiente para sobrevivir. Sé que volveré a casa, lo que no sé es cuándo.
Y así comenzó mi viaje”, relata en su bitácora
Harry Kawanda.

Marzo 2010.- Anuncié mi renuncia definitiva. En ese momento yo era un coordinador de actividades para el Cambio Climático y Emisiones de Carbono Forestal en AusAID (AID Australia). Por supuesto, surgieron muchas preguntas de todos. Ellos pensaban que me estaba volviendo loco o poseído, o algo así.
Después de una larga lucha interna, tomé la mayor decisión de mi vida. Decidí ser feliz. Sabía en ese preciso momento lo que quería hacer: viajar alrededor del mundo. Puede sonar egoísta, pero más que eso quería ayudar a otros. Pero no le dije a mi familia acerca de este gran plan.
Marzo 2011.- Toda mi vida lujosa se redujo a una mochila. Dejé a mis papás todo lo que me pertenecía, mis ahorros. Viajé de manera independiente con sólo algo de efectivo, suficiente para sobrevivir. Sé que volveré a casa, lo que no sé es cuándo.
Y así comenzó mi viaje.
Durante mis siete meses de estadía en Filipinas conocí a una adorable señora, quien me ofreció quedarme en su casa. Unos cuantos meses después dejé Filipinas. Cuando estaba en Hong Kong, ella me contactó nuevamente y me contó sobre sus planes de trasladarse a Chile. Una ola de emoción recorrió mi cuerpo. Le pregunté acerca de sus planes y ella me habló sobre este programa de voluntariado en Chile al que ella se unió para enseñar inglés. Supe que era el último día para postular; no lo pensé ni un segundo y postulé.
Y aquí estoy hoy, en Chile. Un viajero indonesio que hace voluntariado en Chile como profesor de inglés. Otra prueba de que el mundo no tiene fronteras.
Viví en Chile, específicamente en Punta Arenas desde julio de 2012. La gente me pregunta por qué Punta Arenas. Como indonesio, que siempre ha estado expuesto a clima tropical, y nunca ha visto nieve en toda su vida, sí, es difícil permanecer en el fin del mundo, la Patagonia. Era mi decisión y sé el por qué. Realmente quería ir a la Antártica. Y como no podía costearlo, coloqué toda mi esperanza en que encontraría la forma de hacerlo. Aún tengo ese sentimiento.
Y esta oportunidad llegó gracias a DAP Antarctic Airways.
Esta oportunidad de viajar a la Antártica fue un gran salto en mi vida y me acercó al sueño. Soy la prueba viviente de alguien que decidió seguir su pasión y vivir su vida. Y el universo conspira para hacer que todo suceda a su tiempo. Y puedo decir esto, no sólo porque puede sonar reconfortante, sino porque la prueba soy yo. Si un ser humano puede hacerlo, ¿qué retiene al resto? Nada. Todos pueden hacerlo. Ellos tienen que dar el primer paso y el universo conspirará para que esto suceda. Espero que todos salgan del agujero, den el primer paso y sean felices.
Harry Kawanda se encuentra hoy realizando voluntariado como profesor de inglés en Isla de Pascua.
(Artículo publicado también en la Revista Aventura al Fin del Mundo, editada por el Grupo DAP).