“Esto es un reconocimiento profesional”, dijo jefe del Departamento de Educación, Daslav Mihovilovic. Un incremento salarial que variará dependiendo del grado de vulnerabilidad de los establecimientos educacionales donde se desempeñen, pero que oscilará entre los 70 mil y los 210 mil pesos mensuales, recibirán durante cuatro años como asignación imponible, 18 profesores de establecimientos particulares subvencionados y municipales que en Magallanes accedieron a la Asignación de Excelencia Pedagógica.
“Esto es un reconocimiento profesional a los docentes en función de su desempeño pedagógico”, dijo el jefe del Departamento de Educación, Daslav Mihovilovic.
Explicó que “a diferencia de la Evaluación Docente Tradicional, ésta es de carácter voluntario, y es recompensada con una asignación económica que puede darse en tres tramos, dependiendo del nivel de acreditación que tuvo el docente al momento de la postulación y dura cuatro años”.
La cantidad de profesores que accedieron a este incentivo se triplicó, pasando de seis el año pasado a 18 este año. “Lo que buscamos es que los mejores docentes estén en el aula”, destacando Mihovilovic, que “este es un esfuerzo personal y un proceso voluntario, nadie los obliga”.
Profesores
Moira Aicón, profesora de Lenguaje de enseñanza media del Liceo María Auxiliadora, toma esto como “una de las pocas instancias que tenemos los profesores para ser reconocidos y aumentar un poco nuestro sueldo. Esto es un logro para mis alumnas fundamentalmente, es una alegría porque confirman mi vocación de profesora, y estoy feliz de contribuir a la región porque es bueno ir teniendo mejores profesores”.
Para Cristian Reveco, docente de la Escuela Hernando de Magallanes, “tener la posibilidad de poder ser evaluado en general hace que te den más ganas de trabajar. Es un estímulo, porque te reconocen lo que estás haciendo y es una invitación a que otros se evalúen, por lo tanto no es algo netamente personal”.
Similar opinión expresaron las profesoras de la Escuela Especial de Lenguaje de Puerto Natales, Viviana Nicoletti y Valentina March. Ambas llegaron hace tres años a la capital de Última Esperanza. La primera procedente de Rancagua y la segunda de Santiago. Las profesionales dijeron sentirse orgullosas de ellas mismas de su esfuerzo personal para acceder a esta asignación de excelencia.