
En el programa número 34, el conductor de manera grandilocuente y floreada presenta a su invitada, pero el cierre del prólogo es abrupto: “Recibamos a la Señora Andrea Araneda”.
-Verdad que soy señora… jajajaja –la risa se prolonga varios segundos, los ojos palpitan juguetones-. Me enteré hace poco que había dicho que nunca me iba a casar… Para mí no era relevante firmar un papel, la palabra trasciende, a menos claro que hayan de por medio una tremenda herencia –y vuelven a explosar las risas-, pero no era el caso.
Araneda aclara que su matrimonio con Carlos Skarmeta, gerente de Marketing de Pingüino Multimedia, fue conversado, un acuerdo maduro y una buena elección. Se casó con el tema “Quién es la que viene ahí” que interpreta el grupo Los Tres. El conductor lo sabía, siempre comienza cada pregunta, entregando información.
Uno de los momentos emotivos fue el llamado de su hermano, luego su padre… Ambos destacaron los valores y principios de la artista que tiene de segunda lengua el inglés. Porque nació en Punta Arenas, el año 1970, y a los tres años se fue a Inglaterra, donde permaneció casi por tres años, hizo primero y segundo básico allá, luego terminó con notas de excelencia la enseñanza media en María Auxiliadora, y se decidió por arte en la Universidad de Chile. No quiso ser cardióloga como su padre.
“Tengo el recuerdo súper vívido de unos departamentos para becados, un barrio de extranjeros… un tiempo en que los papás no se separaban, fue un período súper bonito”, recuerda y se emociona. De entonces que a veces la primera palabra en una conversación, a veces, le sale en inglés.
-¿Muy polola, en la época del colegio? –pregunta Francisco Guerrero-.
-No, fui súper pava, tímida, básicamente una nerd total, muy preocupada de las notas, de estudiar, con una personalidad bastante intro… no es raro que sea pintora hoy día… -confiesa Araneda.
Hoy ella, siempre pone la mirada y brotan chispas de arte. Así cada rincón o retrato cobra la dimensión de obra, una y otra vez, siempre invitando y desafiando a través de sus pinceles la realidad, creando y abriendo el horizonte de lo cotidiano.