
La propuesta, que ingresó con urgencia de discusión inmediata, viene a superar el vacío normativo que quedó en el proyecto original tras el rechazo de la última propuesta del Gobierno en la Comisión Mixta.
La actual propuesta mantiene los mismos parámetros que el mensaje original, es decir, un reajuste de 6,2%, salvo una leve variación en la asignación familiar y SUF, para los segmentos más bajos.
En contra de la propuesta votaron los diputados de la Concertación, además del independiente Miodrag Marinovic. La decisión tiene que ver con el hecho de cuadrarse con los trabajadores, votando en contra del actual proyecto y acusando una actitud intransigente del Ejecutivo. Un piso de al menos 210 mil pesos, con la promesa de aumentarlo progresivamente a 250 mil, es lo mínimo que demandan al Gobierno.
En tanto, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, dijo que tras el nuevo rechazo a la propuesta que, “nosotros vamos a seguir insistiendo porque lo que está en juego aquí es que haya o no reajuste del salario mínimo para el próximo año”.
La autoridad insistió en que “llevamos más de un mes y medio tramitando este proyecto”, cuando antes este tipo de iniciativas se aprobaban en tres o cuatros días. “Hemos llegado al veto presidencial porque el gobierno del Presidente Piñera quiere otorgar un reajuste y adelantar éste para los trabajadores que ganan menos en nuestro país”, señaló.
Larraín agregó que “confiamos que siempre al final prime la cordura, prime la racionalidad y el interés de los chilenos y no el cálculo político pequeño que es que el Gobierno siga tramitando en una sala.