La tradición de los huevos de Pascua viene desde hace muchos siglos, debido a que los cristianos católicos que seguían la abstinencia cuaresmal, no podían comer huevos de gallina ni productos lácteos. Los fieles los guardaban, y una vez terminada la cuaresma los regalaban.
Los huevos también fueron protagonistas en la época griega. Los habitantes de ese tiempo los pintaban y comían en las fiestas de primavera.
En Francia y en otros países europeos en esta fecha los jóvenes en el domingo de Pascua, organizaban procesiones para recoger huevos y después repartirlos a los hospitales y centros de acogida.
Con el paso de los años los comerciantes vieron en estas fechas una buena oportunidad de incrementar sus ingresos, por lo que comenzaron a fabricar huevos de chocolate. Junto con ello, apareció también el conejo de pascua, quien es el encargado de traerlos.
El ritual
En la mayoría de los casos, los padres los esconden y posteriormente invitan a sus hijos a buscarlos.
En Punta Arenas no sucede lo contrario y diversos locales se han abastecido de una gran cantidad de estos productos para el deleite de los más pequeños.