
En un hecho pocas veces visto desde que se instauró la Reforma Procesal Penal en Magallanes (donde las audiencias son públicas), el Tribunal Oral permitió ayer que un testigo clave de la fiscalía declarara a puertas cerradas. La determinación obligó a desalojar la sala 1, debido a que el testigo pidió reserva de su domicilio y la defensa del acusado exigió darla a conocer. El abogado Javier Opazo explicó que para ellos era importante que el testigo dijera dónde vivía ya que la distancia entre el domicilio y el incendio de uno de los vehículos que se le imputan a Alejandro Yutronic, era considerable como para que identificara con claridad al autor del hecho. “Nosotros pedimos el desalojo porque el testigo clave pidió reserva de su domicilio, pero para nosotros era fundamental que esa reserva fuera levantada para explicar la ubicación desde donde el testigo habría visto el incendio”, explicó el abogado Opazo. “Esto nos permitió desacreditar en muchos puntos la versión de la fiscalía”. El público y la prensa debieron permanecer en las afueras de la sala, sin poder escuchar la declaración de Rodrigo Oyarzún.
El juicio oral en contra de Yutronic cumplió ayer su segunda jornada. Entre la mañana y la tarde declararon 15 personas, entre ellas, dos peritos. Algunas lo hicieron por videoconferencia. En total suman 20 los testigos que pasaron frente a los jueces.
El proceso, que intenta establecer la culpabilidad o inocencia del acusado, vivirá hoy su tercera jornada. Se estima que termine el viernes, con la entrega del veredicto.
El fiscal Felipe Aguirre acusa a Yutronic de cometer a lo menos cinco de los atentados incendiarios, en contra de vehículos, que el año pasado impactaron a la comunidad.
Algunas de las víctimas declararon ayer, dando a conocer la destrucción incendiaria de sus vehículos, y de cómo esto los afectó.
El imputado también es juzgado por los daños y atentados que sufrió Forestal Russfin, con posterioridad al despido de Yutronic de la empresa.