Acusado arriesga 12 años de cárcel por el delito de violación impropia. “¡Que Dios lo perdone porque yo no podré hacerlo jamás!”.
Con estas palabras concluyó su impactante declaración la madre de una niña de actuales 14 años que fue violada por su entonces pareja, y producto de ese desgraciado episodio quedó embarazada.
El trauma y secuelas que esto dejó en la menor, y en quien estaba llamada a transformarse en abuela de una nieta no deseada, llevó a ambas a tomar la decisión de entregar el bebé en adopción. La separación de madre e hija fue instantánea. La idea era dejar atrás lo más rápido posible este oscuro episodio.
Violación
El autor de este hecho, iniciales A. C. Q. Q., fue detenido el año pasado en Chiloé y traído a Punta Arenas (por resguardo y protección a la víctima no entregamos la identidad del acusado). En abril fue formalizado y desde esa fecha se encuentra en prisión preventiva. Ayer comenzó el juicio oral en contra de esta persona, para quien el fiscal Fernando Dobson solicita que sea condenado y sentenciado a 12 años de cárcel.
El abogado defensor, Marcos Ibacache, no cuestionó mayormente los hechos y más bien apela a que su cliente reciba una pena mínima.
La investigación del fiscal y la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI, estableció que a fines de septiembre de 2009, cuando la pequeña tenía apenas 13 años, se encontraba en su casa, acompañada solamente del padrastro quien la llevó a su habitación, donde la desnudó y procedió a violarla.
Producto de este deleznable hecho, la pequeña resultó embarazada, dando a luz una hija, en junio del año 2010.
Habla la madre
Tras un separador de ambiente, para no verle la cara, la madre de la niña y ex pareja del acusado, accedió a declarar en el juicio, porque busca que el sujeto pague por lo que hizo.
La revelación de estos hechos queda al descubierto cuando un día la niña presenta ciertos malestares y la madre decide llevarla para que reciba atención. Al personal de Urgencia le llamó la atención que la niña presentara un abdomen tan abultado. La llevaron a Maternidad y la ecografía reveló un embarazo. “En ese momento me trastorné. Les dije que era imposible, porque era muy chica”.
Entonces resolvió ir a un médico particular quien no hizo más que confirmar la maternidad.
Cuando el fiscal le preguntó si en esos momentos sabía quién era el padre de la guagua, la mujer dijo que la hija lo atribuyó a un pololo. “Pero no lo podía creer yo me negaba a aceptar lo que estaba sucediendo”.
Sin embargo, la hija le contó al enfermero que la atendió que el padre era la pareja de su madre. “Fue realmente muy difícil para mí, como madre, enterarme de esto”, admitió.
De inmediato llamó al sujeto y lo encaró. El acusado le negó los hechos, pero no volvió nunca más a la casa.
Como la hija insistía en achacarle la paternidad a un supuesto pololo, la madre la llevó a la iglesia y ahí le pidió que dijera la verdad. “Recién en ese lugar me confesó la verdad. Dijo que un día, en que yo discutí con el padrastro y salí de la casa, él, que estaba bebido, subió al segundo piso de la casa, donde estaba mi hija y la violó”.
Enfrentar el embarazo no fue fácil. “El proceso lo vivimos muy mal, nos quedamos solos y todos nos dieron vuelta la espalda. Ella rechazaba hacerse cargo del bebé y por eso decidimos entregarlo en adopción”. El alumbramiento fue antes de lo programado, recordó.
“Es un duelo que voy a vivir por siempre”, manifestó la afligida mujer, quien junto a la hija tuvieron que recibir atención especializada.
Cuando algo habían logrado avanzar, las noticias de la captura del hombre en Chiloé, y la posterior formalización, las hizo retroceder en el proceso.
“Lo único que pido es justicia y que como hombre asuma su responsabilidad y pague”, pidió la mujer al finalizar su declaración en el juicio que podría concluir este mediodía, con la entrega del veredicto.