El mensaje pastoral del domingo último, el obispo lo incluyó también en el semanario “El Amigo de la Familia” que la diócesis edita en Magallanes.
Bastres, expresó que “los grandes desafíos que enfrentamos y la ineludible responsabilidad de elegir a las autoridades del futuro Gobierno y poder legislativo, deben movilizar y dinamizar nuestra experiencia de fe, para discernir a la luz del evangelio las propuestas de los candidatos y sus programas, de modo que votar sea, para cada uno de nosotros, un acto de consecuencia y de fidelidad al Señor de la vida y de la historia”.
Recordando al cardenal Raúl Silva Henríquez, el obispo llamó a construir la patria porque “es una tarea interesante, hermosa, desafiante, que a todos nos concierne, más aún si tenemos presente que en ella nos preparamos para vivir en la patria definitiva y plena que todos anhelamos”.
Luego de hacer un análisis sobre las expectativas que tienen las elecciones, el obispo advierte que “ningún sistema político se identifica plenamente con el Reino de Dios”.
Aborto
En relación a asegurar la vida de la persona humana, el jefe de la Iglesia Católica de Punta Arenas, manifestó que el “primer y fundamental derecho humano es el derecho a la vida, desde su concepción hasta su muerte natural”. Por eso Bastres se pronuncia que “el aborto terapéutico”, de tanta discusión entre los candidatos presidenciales, en relación a una posible legislación, “es una acción directa destinada a causar la muerte de un ser inocente en gestación. El aborto terapéutico no se sostiene ni ética ni científicamente, ya que el avance de la medicina nos da la posibilidad de salvar la vida de ambos: madre e hijo”.
En otros temas valóricos el obispo dijo que hay que promocionar el matrimonio entre un hombre y una mujer y la familia misma, exhortando que “no hay que desnaturalizar el matrimonio, igualando cualquier tipo de unión a este admirable compromiso”, manifestando así el rechazo de la Iglesia Católica de matrimonios homosexuales, situación que está en el debate público y político.
En referencia a lo anterior, Bastres hizo un llamado a sus fieles a que cada uno de ellos conozca los programas de los candidatos tanto presidenciales como parlamentarios para “una deliberación personal que permita descubrir y comparar los aspectos positivos con los negativos de las propuestas” de cada uno.
Salario digno
También el prelado en su homilía dominical llamó a “respetar la vida humana” para asegurar la calidad de la misma en particular de los pobres, enfermos, inmigrantes, adictos, en situación de calle y privados de libertad.
“Creemos que la calidad de vida pasa porque todos tengan las mismas oportunidades mediante una enseñanza y una educación de calidad. En efecto, dice el obispo, todos los niños y jóvenes de Chile deben recibir una educación integral, que los habilite para desarrollarse en el futuro. Esto supone la libertad de enseñanza, para que sean los padres quienes puedan escoger el tipo de educación que desean para sus hijos. La calidad de vida de todos los chilenos pasa también porque todos los ciudadanos tengan un trabajo digno y estable, un sueldo ético como mínimo que les permita tener pan, trabajo y alegría”.
Voto blanco
Es así que el obispo plantea que “una decisión coherente con el evangelio” es “elegir al candidato o candidata que mejor asegure los valores fundamentales en los que creemos y que son irrenunciables”.
Sin embargo, más allá de aquello, ya que Bastres plantea que se puede votar en blanco “si existen fundadas razones para presumir que de no apoyar a un determinado candidato, podría salir elegido otro que abiertamente contradice elementos más graves de la moral natural y cristiana”,
En contrario plantea que “es necesario reconsiderar el no dar el apoyo a ningún candidato y darlo a aquellos que propongan ideas y políticas que cada uno considere menos malas, pese a los reparos morales que se tengan (optar por el mal menor, o mejor dicho por el principio del mayor bien posible).
Con todo, Bastres llama a votar en las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias “aunque ninguno tiene la obligación de participar. Sin embargo, los invito, más aún, los exhorto a votar, para dar testimonio de nuestra fe, que es compromiso con la sociedad de la que formamos parte, y el lugar en el que estamos llamados a construir el Reino de Dios”.
Así el obispo católico expresa que hay que “votar en conciencia, como hombres y mujeres libres, conscientes de que no da lo mismo por quien votar, y de que en ese acto democrático y republicano se juega también la consecuencia de nuestra fe. Por tanto ninguno de nosotros queda eximido de esta responsabilidad de conciencia cristiana y de la cual deberemos dar cuenta a Dios. Vayamos a votar porque, como dice la letra de una antigua canción litúrgica: ‘a Dios queremos en nuestras leyes, en las escuelas y en el hogar’”.