Los fondos para repararla saldrán de los recursos de los que dispone la Federación de Estudiantes de dicha casa de estudios. A pesar de todas las medidas de precaución que se tomaron para evitar que la Universidad de Magallanes resultara dañada con el proceso de toma que se produjo entre el 12 de mayo y el 14 de junio, los esfuerzos fueron en vano, porque hasta los techos tuvieron que escalar los auxiliares para realizar trabajos de limpieza. Esto porque luego de la paralización las cortinas terminaron en el techo.
En estos momentos las salas están sin cortinas, ya que si bien fueron encontradas (al notar que no estaban, las habían dado por perdidas), éstas están siendo sometidas a un proceso de desinfección, debido a que se desconoce la procedencia del líquido con que fueron manchadas. Este proceso llevará algunos días, ya que además hay que colocar los ganchos de cada cortina, reparar los sistemas de rieles (que son específicos para alto tránsito).
A esto se agregan los daños en las terminaciones de las instalaciones de la UMAG, es decir, en los letreros de las oficinas que fueron arrancados, las puertas forzadas y los cerrojos rotos, las mesas en mal estado y los extintores que fueron abiertos y vaciados al interior de las salas.
El personal administrativo del Departamento de Vicerrectoría de Administración y Finanzas y del Centro Antártico, retomaron sus funciones el jueves 13 de junio, momento en que ingresaron a las dependencias que estaban rayadas por fuera, siendo los únicos daños que recibió, debido a que los edificios se encontraban cerrados.
El personal de las facultades de ingeniería y humanidades comenzó a trabajar el viernes 14 recién pasado, a las 8.00 horas, momento en que el edificio estaba para ser habilitado a pesar de que no fue entregado por ningún estudiante como sí se realizó en procesos de federaciones anteriores. También, ese día finalizó la toma en el gimnasio del Edificio Central.
Una de las oficinas que resultó más dañadas fue la del decano de la Facultad de la Ciencias Económicas y Jurídicas, cuya entrada fue forzada. De acuerdo con miembros de la casa de estudios superiores este lugar habría sido usado como centro de operaciones. Agregan que se perdieron cartuchos de tinta y algunos timbres.
Ante el estado de la Universidad de Magallanes, tras el proceso de toma, los funcionarios plantearon su preocupación a las autoridades académicas, las que tendrían las fotos de los daños que se produjeron.
Parte de las preocupaciones planteadas por los funcionarios es la detección de un foco de infecciones importante por el ingreso de perros vagos a las dependencias de la casa de estudios, durante el proceso de toma.
En los baños también se produjeron daños, taparon la cañería, se rompieron las tapas (las que debieron ser reemplazadas completamente), las infecciones se vieron agravadas porque se esparcieron líquidos, de los que se desconoce la procedencia, en los suelos.
Rayados
Parte de las consecuencias que tuvo que enfrentar la Universidad de Magallanes fueron los rayados con spray en parte del mobiliario y de las estructuras de dicha casa de estudios. Uno de los edificios emblemáticos fue la biblioteca que de acuerdo a los propios estudiantes fue víctima de un atentado. Los auxiliares intentaron remover sin éxito las marcas de spray.
En las instalaciones de la facultad, se realizaron varios murales y rayados con spray y pintura, desde la universidad afirman que hay algunos que son bastante buenos y que los mantendrían. Sin embargo otros, son simplemente destrozos.
Reparación
Todos los trabajos de reparación y limpieza que buscaban devolver la normalidad a la casa de estudios están siendo realizados por el personal de limpieza de la Universidad de Magallanes, quienes han debido absorber todo el trabajo extra.
Otra de las dificultades que han debido enfrentar los auxiliares es la menor cantidad de personal, ya que al trabajador menos (que falleció antes de la toma) se suman las ausencias de funcionarios por licencias.
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Magallanes será quien asuma los gastos con recursos que son propios. No obstante, cabe mencionar que durante la toma se establecieron normas de convivencia para evitar que los edificios resultaran dañados, de manera que hubo edificios que fueron cerrados completamente durante el proceso y que no sufrieron daños.