
Douglas Henrique de Oliveira, de 21 años, se convirtió en la quinta víctima mortal de las protestas sociales que comenzaron el 10 de junio en Sao Paulo y que se han extendido a todo el país.
El joven cayó desde un viaducto por el que pasaba la manifestación, que reunió a cerca de 50.000 personas en Belo Horizonte, y sufrió múltiples fracturas, especialmente en la cabeza y las piernas.
El estudiante fue rescatado por los bomberos y conducido al hospital Joao XXIII, pero nada se pudo hacer por salvarlo y murió en la madrugada de ayer.
El pasado lunes dos mujeres murieron atropelladas por un conductor que lanzó su vehículo contra un bloqueo montado por manifestantes en una carretera en el estado de Goiás.
La semana pasada un joven murió atropellado en la ciudad de Ribeirao Preto y una barrendera pública sufrió un paro cardíaco en la ciudad amazónica de Belén tras haber inhalado gases lacrimógenos.
En las inmediaciones del estadio Castelao, de Fortaleza, escenario del partido entre España e Italia por las semifinales de la Copa Confederaciones, fueron ayer escenario de violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes.
El conflicto se inició poco antes del inicio del duelo europeo, durante una protesta que reunió a unas 6.000 personas en las inmediaciones del estadio.
Según el fiscal público Helder Ximenes, la violencia estalló cuando un pequeño grupo intentó violar la “zona de exclusión” de la FIFA en un radio de dos kilómetros alrededor del Castelao y para ello atacó con trozos de madera y piedras a los agentes que buscaban impedir su acceso al estadio.
“La policía armó una valla e impidió que los manifestantes cruzaran ese límite, pero una minoría pasó a someter los agentes a un ataque con piedras y trozos de madera. La policía reaccionó para contener la violencia”, expresó Ximenes, designado por el Ministerio Público para seguir las protestas y la actuación policial.