Sin pensar de que se trataba de su casa, Manuel Díaz comentaba impresionado la dimensión de las llamas que invadían a su hogar. Según relató, al llegar al lugar todo era humo y fuego.A pesar de la tragedia y de haber salido con lo “puesto” del incendio, a Díaz le queda la tranquilidad de que nadie resultó herido y que existen seguros comprometidos.
“Gracias a Dios los tengo a todos vivos y a mi lado. Porque las cosas materiales se pueden recuperar, no así las personas”, dijo.
