Familiares de soldados valoraron el trato que reciben sus hijos

General
12/07/2013 a las 08:25
De madrugada y en horas de esta mañana comenzaban a volver a Santiago. Los padres y familiares de los soldados conscriptos que el miércoles juraron en la Plaza Muñoz Gamero, disfrutaron ayer de un día distendido. El Ejército les dio “franco” a los muchachos para que pudieran pasear y visitar libremente lugares atractivos de la ciudad.
La mayoría aprovechó esta salida y por eso fue vista tanta gente en ZonaAustral, el mall y el centro de Punta Arenas, paseando y tomando las fotos que pasarán a formar parte del álbum familiar.
En las unidades militares la gente tenía la posibilidad de aprovechar el último almuerzo en los regimientos, como lo hicieron muchos, o salir a comer con los hijos a otro lugar.
Los padres comenzaron a llegar el domingo, en diferentes vuelos comerciales que puso a disposición el Ministerio de Defensa, arribando en total 634 personas. Ellos querían estar en esta fecha tan simbólica para los soldados conscriptos. Este año 24 oficiales, 87 clases y 986 soldados de Magallanes, y de otras zonas del país, participaron del juramento a la bandera en las plazas de armas de Puerto Natales, Porvenir y Punta Arenas.
Experiencia inolvidable
En el Regimiento Pudeto, algunos soldados conscriptos y familiares compartieron durante el almuerzo con Diario El Pingüino la experiencia vivida estos días.
Gloria Reil está doblemente feliz. Tanto por la posibilidad de viajar por primera vez en avión como también por el reencuentro con su hijo, Enzo Castillo Reil. “Tengo cuatro hijos, el tercero está haciendo el servicio, y me siento muy orgullosa de él. Creo que sobre todas las cosas aprendió a valorar a sus padres, veo que ha madurado y que le ha hecho muy bien el servicio”. En lo personal, el traslado a Punta Arenas lo considera una experiencia nueva y genial: “pensé que el viaje sería más terrible, porque era primera vez que me subía a un avión, pero no fue así. Creo que las ansias de ver a mi hijo superaron todo”.
En otra mesa, María Isabel Burgos compartía con su hijo Piero González Burgos; y Berta Sandoval hacía lo mismo con Elvis Contreras Sandoval.
La experiencia de estos dos soldados es bastante particular, porque cumplen el servicio militar en el Cuerpo Militar del Trabajo. Están prestando funciones en la apertura y construcción del camino Vicuña-Yendegaia, en Tierra del Fuego, así que valoran doblemente su paso por las filas castrenses.
María Isabel Burgos vino desde Cerro Navia (Santiago) a ver a su hijo mayor. Era la primera vez que abordaba un avión, así que la experiencia, que calificó de “inolvidable”, partió en ese momento para ella. Luego vendrían los abrazos y llantos con Piero. Una mezcla de emociones difícil de contar. “Lo encontré hermoso, más fortachón y nos pusimos muy contentos”, señaló.
Algo muy similar le ocurrió a Berta Sandoval, quien jamás pensó que el servicio militar del hijo la haría subir por primera vez a un avión para traerla a esta austral ciudad.

PUBLICIDAD

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios apelando al respeto entre unos y otros desligandose por completo por el contenido de cualquier comentario emitido.

Comentarios


comments powered by Disqus
Más noticias
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD