Las mujeres ingresaron el 15 de mayo, alrededor de las cuatro de la tarde, a territorio chileno, a través del paso fronterizo San Sebastián. Ambas procedían de Río Grande y viajaban en un bus. Por indagaciones previas de la PDI, se sabía que eran portadoras de una cantidad indeterminada de droga, cuyo destino era un traficante de Punta Arenas, quien la pondría a la venta en Chile. Apenas bajaron del bus, en Armando Sanhueza con Avenida Colón, la policía se acercó a las mujeres y procedió a efectuarles un control de identidad.
En ese momento y en forma voluntaria, Daniela Águeda entregó un envoltorio forrado en cinta adhesiva de color negro y su amiga hizo lo propio con otros dos envoltorios, cada uno contenía marihuana paraguaya prensada, cuyo peso total fue 150 gramos.
Fueron interrogadas por la Policía para saber si poseían más droga respondieron que no. Sin embargo, el fiscal Rammsy señala en la acusación que en la revisión del bolso de Águeda, encontraron más droga, la que venía prensada en lo que se conoce como “ladrillo” o bloque de marihuana, la que pesó un kilo 159 gramos.
Estos hechos constituyen para el Ministerio Público un delito de tráfico ilícito de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas, “productoras de dependencia física y síquica”, ilícito en el cual el fiscal les atribuye a las acusadas la calidad de autoras, en grado de consumado.
Respecto a la solicitud de pena, Oliver Rammsy solicita que las mujeres sean condenadas, cada una, a cumplir una sentencia de cinco años y un día de presidio, más el pago de una multa de 40 UTM ($ 1.603.400).