El parlamentario comentó, en primer término, que un eventual incremento de la conflictividad no debe ser motivo de alarma por cuanto se trata del ejercicio normal de los derechos de los trabajadores a organizarse y reclamar mejores condiciones para desarrollar sus labores. “Más preocupante – indicó – es la falta de respuestas de la legislación vigente para hacer frente a estas demandas de los trabajadores y la existencia de numerosos obstáculos y subterfugios que permiten a los empleadores burlar la normativa.” Afirmó, en este sentido, que “resulta urgente e imprescindible dictar un nuevo Código del Trabajo que proteja de mejor modo los derechos de los trabajadores.”
Entre los aspectos que deberían considerarse en una eventual reforma mencionó el reforzamiento de la sindicalización, disminuyendo los requisitos para constituir sindicatos e incluyendo la afiliación obligatoria; la ampliación de la negociación colectiva, tanto en las materias que pueden abordarse como en su extensión, considerando la negociación interempresa y el fortalecimiento del derecho a huelga, terminando con los reemplazantes. Asimismo abogó por endurecer las sanciones contra las prácticas antisindicales, terminar con el multirut y modificar el sistema de reparto de gratificaciones, que actualmente dificulta que las empresas distribuyan sus resultados entre sus trabajadores.
A juicio de Muñoz la reforma de la legislación laboral se encuentra en la raíz del combate a los abusos que se ha propuesto Michelle Bachelet como eje de su Programa de Gobierno, constituyendo, asimismo, un instrumento imprescindible para enfrentar la desigualdad, a través del mejoramiento progresivo de las remuneraciones. “Una parte muy significativa del malestar que se advierte en la ciudadanía se debe a la incapacidad existente para traspasar los éxitos de algunos sectores de la economía a sus trabajadores” – culminó señalando.