En medio de fuertes recriminaciones se conoció ayer la pena que deberá cumplir Lee Salamanca Torres, autor del brutal homicidio del trabajador Rodrigo Villarroel Báez.
Familiares de la víctima se mostraron conformes con el fallo. No así los cercanos al acusado. Con fuertes recriminaciones terminó el juicio oral en contra de Lee Salamanca Torres, sentenciado a 15 años y un día de cárcel efectiva, por el brutal homicidio del trabajador Rodrigo Villarroel Báez.
El autor, que registra otras dos condenas, pasará largo tiempo privado de libertad, lo que obviamente caló hondo en sus familiares, quienes asistieron a la audiencia de lectura de sentencia. Mientras los cercanos al fallecido tomaban con algarabía la sanción, porque sienten que se hizo justicia, los contrarios lanzaron algunas recriminaciones, derivando esto en insultos por ambos lados y la intervención de personal de Gendarmería. Incluso el fiscal que llevó a juicio oral a Salamanca, y obtuvo veredicto condenatorio en los términos que pidió en la acusación, Felipe Aguirre, se retiró por la parte posterior del Centro de Justicia.
Los familiares de Salamanca salieron primero, pero aguardaron bastante tiempo en las afueras del edificio, lo que llevó a los cercanos de la víctima fatal a esperar un momento, antes de hacer abandono del recinto.
El padre de la persona asesinada, José Villarroel Vargas, siempre pidió justicia. Al igual que la madre, Norma Báez, señalando que la muerte del hijo les cambió la vida para siempre. “Pensar que un día salió y después volvió dentro de un cajón”, dijo en junio, cuando se realizó la audiencia de preparación de juicio oral. Rodrigo era hijo único y tenía 33 años de edad. “Por eso pido que el culpable pague con cárcel efectiva”.
Crimen
La acusación del fiscal Aguirre fue por homicidio calificado y pedía 15 años y un día de cárcel, lo cual finalmente el tribunal concedió.
El crimen nace a partir del desafortunado encuentro entre Villarroel y Salamanca, a la salida de un local nocturno, la madrugada del 17 de septiembre de 2012. El primero, al retroceder, topó el auto del agresor y éste juró que lo buscaría, por los daños y además porque también resultó involucrada la hermana de Salamanca. En Pasaje Dolphin esquina José Spilberguer, cercano a su auto, y cuando estaba por llegar a su casa, Lee Salamanca, alias “ratón”, lo encontró.
Uno de los testigos, que declaró en el juicio, vio en la calle al acusado con dos cuchillos, uno parecido a un sable y el otro tipo machete, llenos de sangre.
Esta misma persona dijo que vio a la víctima en el suelo con la cara irreconocible, aproximadamente a las cinco de la mañana, escuchando antes golpes como machetazos. Y que en la calle vio al acusado, quien lo amenazó de que se quedara callado o si no lo mataría y luego salió corriendo.
La perito María del Carmen Bravo González, médico del servicio médico legal, quien practicó la autopsia de Rodrigo Villarroel, detalló las heridas sufridas por la víctima, 42 en total, concluyendo como causa de muerte: anemia aguda. En cuanto al cuchillo utilizado, refirió que por un lado tenía filo y un peso importante, “atendía las heridas que llegaron a la profundidad del hueso”.
El afectado tenía una dosificación de alcohol en la sangre equivalente a 3.02 gramos por 1.000.