Pasajero ebrio que gritó “¡Llevo una bomba!” terminó en tribunales.
Para retomar su viaje a la capital se le impuso una donación de 30 mil pesos a las Jornadas por la Rehabilitación. Un pasajero que ayer en la mañana llegó en estado de ebriedad al aeropuerto, perdió el vuelo después de que tuvo la mala ocurrencia de “dárselas de chistoso” y decirle al personal de Aeronáutica que viajaba con un artefacto explosivo.
El rancagüino Romedil Alejandro Fuentes Gutiérrez, tenía pasaje para el vuelo Lan 096, con destino a Santiago. Sin embargo, el estado de ebriedad le jugó una mala pasada. Cuando el personal de seguridad del terminal se percató de su condición etílica, le pidió esperar el embarque en un sitio determinado. Eran las 06.20 horas y al parecer esto enfadó al pasajero, quien no encontró nada mejor que decirle a los funcionarios: “¡Cuidado, que llevo una bomba!”. Esta sola palabra activó en forma inmediata el protocolo de seguridad y el hombre terminó retenido y entregado a personal de Carabineros.
El bromista perdió el vuelo, fue trasladado a la comisaría y al mediodía ingresó al Centro de Justicia, donde el fiscal de turno, Oliver Rammsy, lo formalizó por infracción al Código Aeronáutico, en base a uno de sus articulados que habla de “emplear violencia, amenaza e intimidación, que atente en contra de una aeronave en vuelo o realice actos que puedan poner en peligro la vida e integración de los pasajeros y tripulantes”.
Luego de atribuirle autoría en grado de consumado, el fiscal propuso una suspensión condicional del procedimiento, previo a fijar domicilio y donar 30 mil pesos a las Jornadas de Rehabilitación del niño magallánico, dinero que se le permitió concretarlo vía depósito para que pueda viajar a Santiago. Claro que ya nunca más pronunciando la palabra bomba, ni siquiera en broma, porque ya vivió en carne propia las consecuencias.